CAPÍITULO 1LOS TRES CONTEXTOS METROPOLITANOS
Françoise Dureau (coord.),
Yasna Contreras, Carmen Elisa Flórez, Thierry Lulle,
Sylvain Souchaud y Clara Salazar
Numerosas investigaciones coinciden en señalar que las ciudades latinoamericanas han estado sometidas a los mismos modelos de crecimiento económico: de 1940 a 1970 al modelo de sustitución de importaciones y, a partir de los años ochenta, al modelo neoliberal que fue consolidándose en la región y dio paso a la liberalización del mercado y a una menor presencia del Estado en la regulación económica y en la política social. También se menciona muy a menudo en la literatura científica que las grandes ciudades latinoamericanas comparten una misma historia urbana, lo cual explica una gran similitud de sus configuraciones (Bataillon et al., 1991; Deler, 1994). La unidad de América Latina se funda sobre muchos factores “de convergencia” (para emplear las palabras utilizadas al respecto por O. Dabène, 1997): la histórica, cultural, demográfica, política e institucional, lo que hace esta escala un marco de análisis apropiado para estudiar los cambios que afectan el “escenario metropolitano latinoamericano” desde los años ochenta.
En el proyecto METAL se decidió trabajar sobre tres de las siete metrópolis latinoamericanas que contaban más de 5 millones de habitantes en el año 2000. ¿Cuáles son las especificidades presentadas por esta muestra de tres metrópolis, Bogotá, Santiago y São Paulo? ¿Cuáles son sus aportes para desarrollar nuestra reflexión comparativa sobre los cambios que afectan las metrópolis latinoamericanas desde los años ochenta? Esas son las preguntas a las que trataremos de contestar en este primer capítulo, identificando más precisamente las similitudes y diferencias que presentan las tres metrópolis estudiadas, en cuanto a su contexto económico (sección 1), su dinámica demográfica (sección 2) y las grandes líneas de las políticas en materia de vivienda, transporte y migración (sección 3).
1. UN CONTEXTO ECONÓMICO DINÁMICO, PARTICULARMENTE EN CHILE Y BRASIL
En el contexto latinoamericano, Chile se ha caracterizado por ser un país de nivel de desarrollo superior al promedio de la región (cuadro 1.1). En 2010, el PIB por habitante de América Latina y el Caribe fue de 5 571 miles de dólares del año 2000. Este valor es ampliamente superado por Chile, mientras que es similar en Brasil y muy por debajo en Colombia. Durante la década de los noventa y principios de los 2000, los tres países muestran tasas de crecimiento económico positivas. Sin embargo, la dinámica de crecimiento económico de Chile durante la década de los noventa superó con creces la de Brasil y Colombia, mientras que en la primera década del 2000 los tres países crecieron económicamente de manera similar. Por el contrario, entre 2009 y 2010 Brasil es el país de mayor dinamismo económico. Durante todo el periodo, Colombia mostró el menor crecimiento en el PIB por habitante, con lo cual en 2010 el PIB por habitante de Chile fue más del doble del de Colombia, y el de Brasil fue un 40 % mayor al de Colombia.
CUADRO 1.1
INDICADORES ECONÓMICOS POR PAÍS (1990-2010)
Fuente: CEPAL, 2012: cuadro A-1 (p. 209).
Las estructuras del mercado laboral de los tres países difieren (cuadro 1.2). Chile, país de mayor nivel económico, muestra menores tasas de participación laboral que Brasil y Colombia, tanto para hombres como mujeres. Sin embargo, en los tres países se observa un patrón similar en la dinámica del mercado laboral entre 1990 y 2009: la participación laboral de las mujeres aumenta (se queda en Chile a un nivel muy inferior a los de los otros dos países), mientras que la de los hombres disminuye.
Mayor participación laboral no necesariamente implica mayor ocupación1. En los tres países, el desempleo abierto urbano aumenta en la década de los noventa, especialmente en Brasil y Colombia, aunque disminuye nuevamente en la década del 2000, sin alcanzar a recuperar los niveles observados en 1990. Colombia se caracteriza en el periodo por tener un mayor desempleo abierto urbano que Chile y Brasil. Mayor participación laboral no solo no implica mayor ocupación, sino que tampoco implica ocupaciones de mayor productividad. Brasil y Colombia tienen mayores tasas de participación laboral pero tienen mayor proporción de ocupaciones de baja productividad. En 1990, el 27% de la población ocupada urbana de Colombia eran trabajadores independientes de bajo nivel educativo (trabajos del sector informal). En Brasil y Chile, este porcentaje era de 21% (cuadro 1.2). El bajo desempeño económico de Brasil y Colombia frente al gran dinamismo de Chile durante la década de los noventa, se tradujo en más empleos de baja productividad en estos dos países: en 1999, el porcentaje de ocupados urbanos en empleos de baja productividad había subido a 35 % en Colombia y a 26 % en Brasil. Para el 2009, Brasil había recuperado el crecimiento económico con empleos de mayor productividad, mientras que Colombia mantenía su bajo crecimiento económico, y había aumentado a 40 % los empleos urbanos de baja productividad, es decir de trabajadores independientes no calificados urbanos.
CUADRO 1.2.
INDICADORES LABORALES POR PAÍS (POBLACIÓN DE 15 AÑOS Y MÁS, 1990-2009)
Fuente: CEPAL, 2012: cuadro A-6 (p. 218), cuadro A-8 (p. 223), cuadro A-9 (p. 224).
* Se refiere a 1991 en Colombia.
** Se refiere a 1998 en Chile.
En consonancia con el crecimiento económico positivo, los indicadores de pobreza e indigencia disminuyeron durante el periodo en los tres países, pero especialmente en Chile (cuadro 1.3).
Acorde con el desempeño económico y con el nivel de informalidad del mercado laboral, Chile es el país que muestra los menores niveles de pobreza e indigencia, seguidos por Brasil, mientras que Colombia se caracteriza por ser el de mayores niveles. En 2009, los niveles de pobreza e indigencia urbana eran alrededor de 3,5 veces mayores en Colombia y 1,6 veces mayores en Brasil que en Chile. En 2009, cerca del 40% de la población urbana colombiana vivía en hogares pobres, mientras que en Chile era menos del 12% y en Brasil alrededor del 22%2.
En los tres países, la incidencia de la pobreza y de la indigencia es menor en zonas urbanas que rurales, y entre 1990 y 2010 disminuye en ambas zonas. Sin embargo, dado que las poblaciones son mayoritariamente urbanas (75 % en Colombia y 85 % en Brasil y Chile), hay un mayor número de pobres urbanos que rurales.
CUADRO 1.3
INDICADORES DE POBREZA E INDIGENCIA POR PAÍS (1990-2009)
Fuente: CEPAL, 2012.
* Se refiere a 1991 en Colombia.
** Se refiere a 1998 en Chile.
*** Las cifras de 2002 en adelante no son comparables con años anteriores por cambio de metodología.
A nivel agregado, se mantienen los diferenciales entre países: Colombia es el país de mayores niveles de pobreza en áreas metropolitanas y en las otras áreas urbanas (cuadro 1.4). Se observan menores niveles de pobreza en las áreas metropolitanas que en el resto de las ciudades. Esto se mantiene en los tres países, con diferente nivel de urbanización y en diferentes momentos del tiempo asociados a diferentes condiciones socioeconómicas. En Chile y Colombia, se reduce la pobreza tanto en áreas metropolitanas como en el resto urbano, mientras la reducción es más acelerada en las áreas metropolitanas. En Brasil, la dinámica de reducción de la pobreza urbana es mucho más lenta y llega inclusive a aumentar la pobreza en áreas metropolitanas en la primera mitad de la década de los noventa, mientras que la pobreza en el resto urbano permanecía inalterada.
CUADRO 1.4
INDICADORES DE POBREZA SEGÚN ÁREA Y PAÍS (1990-1998)
Fuente: Arriagada C., 2000.
* Urbano fuera de las áreas metropolitanas.
En resumen, el dinamismo económico de los tres países es muy diferente: Colombia es el país de menor nivel de riqueza, menor crecimiento económico, mayores niveles de pobreza, mayores niveles de desempleo abierto y mayor proporción de ocupaciones de baja productividad. Por el contrario, Chile es el de mejores condiciones económicas y menores niveles de pobreza, pero al mismo tiempo es el de menor participación laboral, tanto masculina como femenina. Brasil, aunque está en el intermedio para los indicadores anteriores, es el país que, a finales de la década del 2000, muestra el mayor crecimiento económico, por demás sostenido, muy por encima del mostrado por Chile y Colombia. Estas diferencias en la dinámica económica influyen, de una u otra forma, en las dinámicas demográficas y en particular en las dinámicas de las migraciones internas e internacionales.
2. UNAS DINÁMICAS DEMOGRÁFICAS TODAVÍA MARCADAS POR LAS TRANSICIONES URBANAS Y DEMOGRÁFICAS3
Después de haber presentado los contextos urbanos nacionales, nos centraremos sobre los ritmos y los componentes del crecimiento demográfico de las tres metrópolis y luego sobre las características de la transición demográfica y sus efectos sobre la composición etaria de la población y el tamaño de los hogares. Un último punto será dedicado a la cuestión de la migración interna e internacional, que juegan unos papeles específicos en cada una de las tres metrópolis.
2.1. LAS TRES METRÓPOLIS EN SUS CONTEXTOS URBANOS NACIONALES RESPECTIVOS
Para principios de la década de los setenta, Brasil tenía una población 4 veces más importante que la de Colombia y 10 veces más que la de Chile (cuadro 1.5). Estas diferencias de tamaño poblacional no se confirmaban a nivel de las tres metrópolis: el área metropolitana de São Paulo contaba con 8 millones de habitantes, o sea 2,6 veces más que Bogotá y S...