El arte de vivir mejor

Pequeñas enseñanzas para una vida más plena

Pedro Martínez Ruiz

• Editore: Plataforma
• Anno: 2016
• ISBN:
  9788416820436
• Argomento: Desarrollo personal
• Categoria: Superación personal

En la vida sólo tenemos un billete de ida.Llegamos sin nada y nos vamos sin nada pero aquí dejamos nuestra huella. De nosotros depende dejar la mejor.En este libro encontrarás herramientas, conocimientos y experiencias de autor que te ayudarán a vivir mejor.Un libro lleno de motivación e impulso para reconocer tu propósito de vida o animarte a encontrarlo si aún no lo has descubierto. También encontrarás propuestas para salir de tu zona cómoda y llegar a donde deseas llegar. Obtendrás entusiasmo para acompañarte a conseguir tus objetivos y descubrirás la importancia de las emociones e inteligencia emocional. La importancia del sentido del humor también está presente e igualmente fortaleza para superar miedos y creencias limitantes, en definitiva, una completa guía que te hará descubrir El arte de vivir mejor.

1. Averigua cuál
es el propósito de tu vida

«Tengo cuarenta y dos años. A lo largo de mi vida he desempeñado grandes cargos en grandes empresas. He tenido puestos de trabajo que muchos envidiarían, pero aun así no era feliz porque al salir de mi jornada laboral esas horas se quedaban cortas. Pensaba que era un problema de gestión de mi tiempo libre, llegué a pensar que quizás era culpa mía por tener demasiadas aficiones y debía recortar mis inquietudes… Pero llegó un día en el que me di cuenta de que no era feliz, porque, aun siendo un buen trabajo, no me sentía realizada. Para nada me apasionaba lo que hacía, casi lo contrario, me estaba apagando día a día. El detonante fue el día en que mi hija pequeña al llegar de trabajar me dijo: “Mamá, hace casi una semana que no te veo sonreír…”. Ese mismo día entendí que mi trabajo me estaba matando en vida. A partir de ese día mi misión fue encontrar cuál era mi propósito de vida para ser realmente feliz.»

MARÍA JOSÉ

Tener la fortuna de sentirnos identificados y realizados con aquello que hacemos es una de las mejores cosas que puede pasarnos.

El primer paso para conseguir lo que queremos es precisamente eso: saber qué queremos. Hay personas que quizá digan: «Cierto, cierto…, no sé lo que quiero, pero estoy seguro de lo que no quiero en mi vida. ¿Con eso es suficiente?». Lamentablemente, con eso no es suficiente. Eso es como si vas a una agencia de viajes y le dices a la persona que te atiende: «Quiero un billete de avión». «¿Para qué destino?», pregunta ella. Y tú le respondes: «No estoy seguro de adónde quiero ir, pero lo que sí sé es adónde no quiero ir. No quiero ir ni a Japón, ni a Miami, ni a Londres…».

Por muy claro que tengas adónde no quieres ir, debes descubrir qué lugar es al que te gustaría llegar; qué es lo que realmente te apasiona, lo que te llena y te hace sentir realizado y feliz, porque ese será el mejor de los destinos.

Por eso es tan importante que dediquemos tiempo a pensar con el objetivo de descubrir cuál es nuestro propósito en la vida. Descubrir qué es aquello que nos encanta hacer, que hacemos bien, aquello con lo que disfrutamos y que, además, disfrutan los demás.

«Pocas cosas desmotivan más a un ser humano que no ver sentido a lo que hace.»

MÓNICA GALÁN

Es verdad que en algún caso necesitamos un empujón, un golpe encima de la mesa, algo que incluso en ocasiones lo vivimos como algo que no es bueno, pero que en realidad nos hacía falta para entender, valorar y aceptar nuestro verdadero propósito en esta vida.

«Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor le comunicó que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que no sabía qué le sucedía al otro: no se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, e incluso había que llevarle el alimento hasta allí.

El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió; por las ventanas de sus habitaciones, el monarca veía que el pájaro continuaba inmóvil. Publicó por fin un bando entre sus súbditos solicitando ayuda, y a la mañana siguiente vio al halcón volar ágilmente por los jardines. “Traedme al autor de ese milagro”, dijo.

Enseguida le presentaron a un campesino: “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago, acaso?”. Entre feliz e intimidado, el hombre explicó: “No fue difícil, su alteza, solo corté la rama. El pájaro se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar”.»

«Las personas necesitan un propósito que tenga significado. Esa es nuestra razón de vivir. Con un propósito compartido, somos capaces de conseguir cualquier cosa.»

WARREN BENNIS

En ocasiones estamos atados al pasado y al presente, porque no nos hemos dado cuenta de que tenemos el poder de volar, cambiar y buscar nuestro verdadero destino. Y alguna vez puedes llegar a tener el privilegio de que algún acontecimiento rompa la rama de la costumbre, de la seguridad, y entonces darte cuenta de que eres superior a las circunstancias. En muchas ocasiones lo tenemos todo y no logramos vivir plenamente; quizás es necesario que alguien nos corte la rama para que podamos arriesgarnos a volar.

A veces las cosas inesperadas y que en principio parecen negativas son un gran golpe de suerte.

«Cada día me miro al espejo y me pregunto: si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es no durante varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.»

STEVE JOBS

2. Nueve propuestas para salir
de tu zona de confort

«A mis cincuenta y tres años me doy cuenta de todas las cosas que dejé de hacer por miedo. Miedo a “qué pasará”, a “por si no sale bien”. He dejado de hacer cosas por miedo… miedo a no conseguirlo, a no saber, miedo a perder… No sé si habría conseguido todo lo que me proponía en mente pero no llegué a realizar. Quizá no habría ganado más dinero, pero estoy seguro de que a fecha de hoy sería más feliz por sentirme realizado.»

FRANCISCO JOSÉ

Seguro que en alguna ocasión has oído hablar de la zona de confort. Es esa parte de nuestra vida en la que nos encontramos seguros porque nos consideramos fuera de peligro, estamos en una zona que dominamos y las cosas nos resultan fáciles, cómodas y conocidas (sean estas agradables o no). Cuando estamos en casa, rodeados de nuestra familia, con nuestros amigos, cuando estamos en un atasco, en el trabajo…

Tus hábitos, rutinas, conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos son también parte de tu zona de confort. Aunque quizás hay cosas que nos gustaría cambiar, lugares adonde nos gustaría llegar, pero no nos atrevemos a dar ese salto a lo desconocido.

En general, desde que somos pequeños, nos educan y nos enseñan multitud de conocimientos, pero en muchas ocasiones no nos enseñan a confiar en nosotros mismos. Incluso tener muy claro lo que quieres y creer en ti puede ser entendido por otras personas como que eres una persona prepotente. Y algunas personas, al sentir que eres así, tienen hasta el «antídoto» para eso: «Lo que tienes que hacer es sacrificarte, trabajar mucho y aceptar tu destino. Soñar despierto es perder el tiempo». Quizás alguien les haga caso a este tipo de personas que intentan desanimarte, y animarte a seguir su camino e ideas, pero sería una pena, pues la verdadera forma de conseguir tu meta es soñar con lo que quieres conseguir, ponerle una fecha y después ponerte a trabajar en ello con todas tus fuerzas para hacer que se haga realidad.

«Tenía tanto miedo a cualquier actividad que no fuera la simple y estricta rutina que vivía en el plano más estrecho posible de la existencia.»

ALBERT ELLIS

Alrededor de nuestra zona de confort está la zona de aprendizaje. Esta es la zona a la que salimos para ampliar nuestra visión del mundo (viajamos a lugares desconocidos, aprendemos nuevos idiomas, tenemos nuevas sensaciones, modificamos nuestros hábitos, conocemos nuevas personas, etcétera). En esta zona aprendemos, descubrimos, experimentamos cosas nuevas. A algunas personas todo esto las apasiona y, sin embargo, a otras esto les da miedo, por eso consideran un peligro adentrarse en esta zona y no salen de su zona de confort.

«A veces, lo importante no es saber en qué lado del muro debes estar. Lo importante es saltar a uno de los lados. No puedes progresar sin elegir.»

JIM ROHN

Hay otra zona llamada zona de no experiencia. Los que nunca salen de su zona de confort te dirán que tengas cuidado porque puede que si experimentas o lo intentas, te salga mal. Aunque tú pienses igual que pienso yo: «¿Y si sale bien?». Una zona donde dar rienda suelta a los grandes retos, una zona de crecimiento, de desarrollo. Una zona en la que al adentrarte a ella, al intentar conseguir tus retos, te podrán asaltar los miedos: miedo al qué dirán, miedo a perder, miedo al fracaso e, incluso, miedo al éxito. Para combatir estos miedos deberás trabajar la tensión emocional y la motivación para poder avanzar. Los miedos de salir de tu zona de confort podrás enfrentarlos. ¿Cómo?: creyendo en ti. Piensa que si no luchas por conseguir tus sueños, nadie lo hará por ti.

La vida no viene con mando a distancia, tu vida cambiará cuando tú cambies; levántate y actúa. Solo tú puedes dirigir tus pensamientos, gestionar tus emociones y dirigir tu destino. En tu mente tienes tu peor enemigo o tu gran aliado.

Al gestionar correctamente tus miedos, crecerá tu autoestima y buscarás un propósito que te motive a conseguir tu objetivo.

Considera los contratiempos como desafíos que te permiten crecer como persona y no como situaciones amenazadoras.

«Coraje es arriesgar lo que conozco por lo desconocido, lo que me resulta familiar por lo extraño, lo cómodo por la incómoda sensación de no saber adónde voy. Uno nunca sabe si será capaz de lograr algo o no. Es una apuesta, pero solo los que apuestan saben de qué se trata la vida.»

OSHO

Una vez ...