Ramon Fernandez
eBook - ePub

Ramon Fernandez

Dominique Fernandez, Mario A. Zamudio Vega

Share book
  1. 358 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

Ramon Fernandez

Dominique Fernandez, Mario A. Zamudio Vega

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

Ramon es una novela escrita por Dominique Fernandez, doctor en letras y miembro de la Academia Francesa. La obra, ganadora del premio"France TĂ©lĂ©visions", es una bĂșsqueda biogrĂĄfica que entrelaza historia literaria, polĂ­tica e Ă­ntima de Ramon Fernandez, uno de los intelectuales mĂĄs importantes de su Ă©poca, de origen francĂ©s y mexicano.

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is Ramon Fernandez an online PDF/ePUB?
Yes, you can access Ramon Fernandez by Dominique Fernandez, Mario A. Zamudio Vega in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in Media & Performing Arts & Journalist Biographies. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

LIBRO III

XXVI. 1937

MI PADRE se afilia al Partido Popular FrancĂ©s (PPF) a finales de mayo de 1937. DespuĂ©s de la ruptura del matrimonio, tiene lugar la ruptura ideolĂłgica: rompe con los medios a los que pertenecen su mujer, el señor Desjardins, Pontigny, la UniĂłn por la Verdad y la mayorĂ­a de sus amigos. Reniega del socialismo, abjura de la izquierda. ÂżHa terminado todo entonces entre mi madre y Ă©l?; Âżes ya infranqueable el foso que las disensiones han cavado entre ellos? Eso creĂ­ durante mucho tiempo, hasta la lectura de la agenda de Liliane. En mis recuerdos, mis padres no se habĂ­an vuelto a ver nunca, al menos nunca en presencia de sus hijos, antes de la velada de 1942 de Goethe en la Comedia Francesa que he narrado. CuĂĄl no ha sido mi sorpresa al descubrir que, antes bien, su separaciĂłn los acercĂł. Continuaron viĂ©ndose re­gularmente; en ocasiones, varias veces por semana: ya sea que Ă©l la lleve al restaurante, ya sea que suba al cuarto piso de la calle CĂ©sar-Franck, como impulsado por la necesidad de volver a encontrarse en familia. Su relaciĂłn llega a ser mucho mejor que cuando vivĂ­an juntos. El 23 de diciembre de 1936: “Ramon a almorzar, hasta las 4 de la tarde. Jugamos a las canicas sobre la alfombra”. El 4 de enero de 1937: “Ramon de 6 a 7. Jugamos una vez mĂĄs a las familias”. ÂĄUna vez mĂĄs! ÂżEra entonces un hĂĄbito? El 14 de enero: “Almuerzo con R en La CĂŽtelette milanaise [
] Amistad mantenida hasta el final”. El 23 de enero, paseo por los Campos ElĂ­seos; despuĂ©s, tĂ© y bollo en la calle CĂ©sar Franck: “Gentileza todo el tiempo”. El 30 de enero: “En el museo de Cluny, con los niños y Ramon. Enseguida, tĂ© en Saint Julien le Pauvre. Regreso lento y alegre”. El 24 de abril, mi madre asiste a una sesiĂłn en la calle Visconti (donde mi padre, evidentemente, no era bienvenido) en torno a Daniel HalĂ©vy y GuĂ©henno: “DejĂ© a los niños con Ramon, que los traerĂĄ a las 7 de la tarde [
] Me encuentro con R frente a Les Deux Magots. Algunas palabras gentiles (Adoro a los niños
 No lo merecĂ­a
)”. El 26 de abril: “A las 7 y media, R (despuĂ©s de tres llamadas por telĂ©fono). Se queda a cenar con nosotros; despuĂ©s se va”.
En esa época yo tenía casi ocho años. En el otoño nos enviaron a una pensión familiar, en Le Chambon-sur-Lignon, cuyo aire tenía la reputación de ser mås sano para nuestros bronquios, siempre enfermos. Encontré en la agenda de mi madre varios nombres de los que me acuerdo perfectamente: señora Barbier-Comte, directora de la pensión; señorita Soubeyrand, la severa y admirada institutriz del pueblo, que nos tiraba de la oreja y nos pellizcaba la mejilla, el hotel Lombard-Menut, al que llegaba mi madre. Esos nombres, con su ortografía exacta, estån grabados en mi memoria, mientras que he olvidado todo sobre las visitas de mi padre a la calle César-Franck, los momentos que iba a pasar con nosotros, los juegos de familias en torno a la mesa y las canicas sobre la alfombra.
Para las vacaciones de verano, Yvonne de Lestrange habĂ­a prestado a mi madre una villa que dependĂ­a de su castillo de ChitrĂ©. Mi padre fue dos veces a visitarnos, del 6 al 8 de agosto y del 20 de agosto al 2 de septiembre. La primera vez llegĂł con un pediatra conocido, el doctor Weill-HallĂ©, para que nos examinara, sobre todo a mi hermana, que sufrĂ­a de complicaciones de la tos ferina. Mi hermana se acuerda de la alegrĂ­a que sintiĂł al volver a ver a su padre, y tambiĂ©n del comentario del doctor al ver su alegrĂ­a: “una buena señal”, dijo. Yo no tengo ningĂșn recuerdo, ni de esas dos visitas ni del examen mĂ©dico. En cambio, en mi memoria ha permanecido anclado un episodio del que mi hermana no guarda ni el menor recuerdo. La noche del 2 de septiembre, un niño de nuestra edad, el hijo del administrador de la propiedad, se ahogĂł en el embalse del rĂ­o Vienne. El 3 de septiembre, Yvonne y mi madre, sin sospechar el daño que podĂ­a causar en unas conciencias jĂłvenes, sin temer los efectos de un espectĂĄculo tan mĂłrbido, nos llevaron a ver el cadĂĄver del pequeño Claude, expuesto en su habitaciĂłn. El dĂ­a anterior habĂ­amos jugado con Ă©l; ahora yacĂ­a ante nosotros, inmĂłvil, fijo, descolorido. El muchacho que remaba sobre la barca hasta el islote del Vienne y la playa del baño, el nadador que remontaba la corriente a fuerza de brazadas, el camarada vivo y alegre estaba tendido rĂ­gido, tan blanco como la sĂĄbana que lo cubrĂ­a hasta las axilas. Que ya no lo verĂ­amos nunca mĂĄs, yo no lo comprendĂ­a sin duda; pero que habĂ­a pasado “al otro lado”, que se habĂ­a hundido en un lugar desconocido tan misterioso como aterrador, lo adivinaba por su palidez, por su rigidez, por su pecho que ya no se alzaba, por sus manos posadas inmĂłviles sobre la cama.
Era la primera vez que contemplaba un muerto: visión que me marcó para siempre jamås, el recuerdo mås fuerte que me haya quedado de mi infancia. De las jornadas anteriores pasadas con mi padre, en el inmenso y magnífico parque de Chitré, de los paseos hechos en su compañía, de los juegos a los que le complacía jugar con nosotros, no me queda nada.
Seguramente no le perdonaba habernos abandonado: querĂ­a borrarlo de mi memoria y logrĂ© hacerlo. Rechazaba ser “adorado” por un hombre que me habĂ­a ignorado tan descaradamente. Negaba que hubiese ido con un mĂ©dico, para no acreditarle una atenciĂłn que demostraba que se habĂ­a interesado por nosotros. PreferĂ­a ser un huĂ©rfano total, instalarme en el vacĂ­o paterno que consolarme por unas imĂĄgenes fugitivas, por unos intentos de seducciĂłn mentirosos. A menos que hubiese sorprendido algunas conversaciones con mi madre y concebido una especie de menosprecio por aquel que buscaba aferrarse a lo que habĂ­a perdido por su culpa.
El 1Âș de marzo habĂ­a ido a quejarse de que le habĂ­an robado su bicicleta (sin esposa, sin hogar, sin coche). El 7 de marzo: “De las 6 a las 7, R en casa. Sus palabras: que estropeĂ© nuestros destinos, que nunca ha amado a nadie mĂĄs que a mĂ­ (y yo a Ă©l), que no somos claros en nuestra relaciĂłn [
]”. El 18 de marzo: “Almuerzo con Ă©l en Les Mariniers. Pregunta: reanudar la vida juntos o divorciarnos. Yo: sofocada por las lĂĄgrimas”. Mi padre no solamente se aferra, sino que se vale del chantaje. El 22 de abril: “Almuerzo con R en el restaurante griego. R otra vez a las 5 y media. Hasta las 7. ConversaciĂłn sincera y penosa. Dice que solamente ha sido feliz conmigo, que soy necesaria para su equilibrio (si no, el pernod), que no sabe si podrĂĄ aguantar el golpe. Volver a juntarse o separarse”. El hogar o el bar, la casa o el pernod: lucidez inĂștil, impotencia trĂĄgica de la razĂłn. Y quizĂĄ, tras la puerta, los hijos al acecho. Los tabiques son tan delgados en la calle CĂ©sar-Franck que, incluso sin quererlo, pueden desde sus habitaciones sorprender ese patetismo y sentirse descorazonados.
Por insistencia de mi padre o debilidad de mi madre, mis padres ya no vuelven a dejarse. Recorren las avenidas, van sin cesar al cine: hasta tres pelĂ­culas seguidas. Durante el verano y tambiĂ©n el otoño, mi padre redobla las delicadezas; mĂĄs amable y atento no se podrĂ­a ser. El 8 de agosto, cuando se va de ChitrĂ©: “SeparaciĂłn confiada y tierna”. El 2 de septiembre, Ășltimo dĂ­a de su segunda estancia en ChitrĂ©: “Gentileza, confianza, intimidad. Me confĂ­a las cartas que quiere ocultar a B.”; porque hablan juntos de Betty, con un tono que parece indiferente, como si ella solamente fuese una rueda de repuesto para el neumĂĄtico pinchado. El 6 de octubre, en ParĂ­s, se muestra apremiante: “Quiere volver aquĂ­. Ternura un poco molesta”. Mi madre siente que ha “perdido la cabeza”. Otro dĂ­a (20 de agosto) le dice que la considere “como su hermana o su abuela”.
No es que hayan cesado de reñir; pero ahora las peleas ya solamente estĂĄn relacionadas con la polĂ­tica. El 7 de enero: “Almuerzo con R en L’Alsa­cienne. Seguimos la pelea sobre la polĂ­tica a propĂłsito de Aron [Raymond]”. El 28 de enero Ă©l le explica que es necesario “extirpar el comunismo como un microbio”. El 18 de febrero, en el CafĂ© des Pyramides, “hablamos mucho de polĂ­tica, que la revoluciĂłn no es un valor en sĂ­ (Doriot, Marty
)”.1 El 8 de abril pasan la tarde en los grandes almacenes; despuĂ©s, en la avenida de La Madeleine, deambulan entre los curiosos: “Vimos pasar a las personas y sus sombreros”. ÂżDe quĂ© charlan?: “Hablamos de polĂ­tica solamente: Doriot y sus virtudes, la falta de seriedad de los franceses, Chiaromonte [un antifascista en el exilio] [
]”. El 15 de abril: “discusiĂłn polĂ­tica que termina mal”. El 10 de junio (dos semanas despuĂ©s del compromiso polĂ­tico de mi padre): “Ramon, a las doce y media en el restaurante MĂ©dicis. Comenzamos por el PPF [Partido Popular FrancĂ©s] y vamos hasta el final. Dice que fui yo quien lo lanzĂł de nuevo hacia la violencia. Todo recomienza a la vez, el pernod, las peleas y las lĂĄgrimas”. El 14 de junio, despuĂ©s del asesinato en NormandĂ­a de los hermanos Rosselli [antifascistas ejecutados por unos esbirros de Mussolini], mi madre recibe en la calle CĂ©sar-Franck: primero, a las 6 de la tarde, a Angelo (“lo que dice de la policĂ­a italiana y cĂłmo engañó a la policĂ­a francesa”); despuĂ©s, una media hora mĂĄs tarde, a mi padre: “sus insinuaciones sobre el mismo tema (los anarquistas españoles
). Doriot ‘delicioso’. InvitaciĂłn a ir a Saint-Denis [el feudo de Doriot, lugar de reuniones y congresos del Partido Popular FrancĂ©s]”. ÂżEs esa invitaciĂłn una prueba de la inconciencia de mi padre? En parte, Ășnicamente, porque la violencia del conflicto ideolĂłgico entre mis padres no ha extinguido la antigua ternura de mi madre, la cual se confiesa, despuĂ©s de media jornada pasada con su marido en el restaurante y el cine, “sedienta de ternura y de vida conyugal”. Necesidad tan intensa que un dĂ­a se decide a actuar de una manera absolutamente desati­nada, de tan contrario que es ese paso a sus convicciones. El 8 de julio: “R a almorzar. LlevĂ© por Ă©l su artĂ­culo a L’Émancipation nationale, en la calle Laffitte (con Dominique, en taxi)”. L’Émancipation nationale es una revista de Doriot y, en ese artĂ­culo, que serĂ­a publicado el 10 de julio, mi padre ataca “la cul­pabilidad moral de LĂ©on Blum”. El hecho de que mi madre le eche una mano en esa ocasiĂłn y, ademĂĄs, haga el gasto de un taxi para una misiĂłn que ella desaprueba muestra claramente la complejidad de los lazos que continĂșan uniĂ©ndolos.
En esa especie de juego polĂ­tico que llevan, veo dos aspectos. Mi madre trata de frenarlo en su derrape hacia la extrema derecha y piensa que es la Ășnica que todavĂ­a puede impedirlo; demasiado abrupta, sin duda, torpe, solamente logra enfurecerlo contra sus argumentos, contra el buen sentido, contra la razĂłn, y sus discusiones terminan en las peleas y las lĂĄgrimas. Él, por su parte, hace un chantaje a Doriot, como hace un chantaje al pernod: es su culpa si avanzo en esa direcciĂłn. Al abandonarme, me ha lanzado hacia la violencia. Dado que he fracasado en todo al fracasar en mi matrimonio, Âżpor quĂ© me impide caer en lo mĂĄs bajo? Las notas sucintas de mi madre no me permiten un desarrollo mĂĄs extenso, pero no creo equivocarme al subrayar, una vez mĂĄs, la relaciĂłn entre el fiasco conyugal y la voltereta polĂ­tica. Doriot es solamente un pretexto para zaherirla, para provocarla. Busca echarle su culpa, explotar su remordimiento, para hacerse readmitir en el hogar perdido.
Con todo, atribuir Ășnicamente a los deberes de su vida privada y a la intransigencia de mi madre la enorme falta intelectual que estĂĄ a punto de cometer serĂ­a disculpar muy fĂĄcilmente a mi padre. Si se afilia al Partido Popular FrancĂ©s es tambiĂ©n por razones positivas, reflexionadas, pensadas maduramente. En un artĂ­culo de L’Émancipation nationale del 31 de julio de 1937 dice que lo empujĂł a tomar esa decisiĂłn un libro de su amigo Drieu La Rochelle, Avec Doriot, publicado a finales de junio de 1937 por la editorial Gallimard, pero compuesto por artĂ­culos escritos en L’Émancipation nationale de junio de 1936 (fecha en la que Drieu ingresĂł al Partido Popular FrancĂ©s) a junio de 1937 (artĂ­culos que, por lo tanto, mi padre pudo leer a medida que aparecĂ­an): “Hace mĂĄs de quince años que me disputo con Drieu; pero es necesario que escriba ahora: durante mĂĄs de quince años, me disputĂ© con Drieu; porque ya no nos disputamos, y es un milagro, es el milagro del PPF”. Hasta entonces, Drieu, sintiendo “el suave suelo de Francia hundirse bajo sus pies”, era de un pesimismo desesperado: “Ahora bien, siempre he sido mĂĄs optimista por naturaleza que Drieu (demasiado optimista a veces, y francamente idiota); y, ÂĄhete aquĂ­ que Drieu me parecĂ­a mĂĄs optimista que yo!” Incluso su estilo habĂ­a llegado a ser mejor, al expresar, “alegre y libremente, su liberaciĂłn moral e intelectual”.
ÂżCuĂĄles son los temas principales de Drieu La Rochelle?
1. El Partido Popular FrancĂ©s es un partido nacional que se mantiene a igual distancia de BerlĂ­n y de MoscĂș. El leitmotiv de Drieu es: ni MoscĂș ni BerlĂ­n. Dirige su saña principalmente contra los comunistas, porque van a recibir sus Ăłrdenes al Kremlin, pero rechaza igualmente los regĂ­menes fascistas: “Stalin nos engaña con el antifascismo; Hitler y Mussolini quisieran claramente engañarnos con el anticomunismo” (junio de 1937). Nosotros debemos saber cuĂĄl es nuestra bandera, “la bandera tricolor o la bandera roja que (con una cruz gamada) es la bandera alemana, al igual que la bandera rusa (con la hoz y el martillo)” (25 de julio de 1936). En el Partido Popular FrancĂ©s, “decimos: ‘Ni MoscĂș ni BerlĂ­n’, de la misma manera que un hombre que conoce su camino dice: ‘Ni a la derecha ni a la izquierda, de frente adelante de mĂ­ [
]’. Nosotros, en el PPF, vamos a fondo contra MoscĂș y, si hubiese aquĂ­ un partido de BerlĂ­n o de Roma, tambiĂ©n irĂ­amos a fondo contra Ă©l. Nosotros estamos con la Francia Ășnica” (19 de diciembre de 1936). Drieu no cesa de martillear con esa consigna; y vuelve a utilizarla a propĂłsito de la guerra civil española: “La humillaciĂłn para los españoles del Frente Popular son sus aliados rusos, la humillaciĂłn...

Table of contents