Guía Breve para el Pensamiento Crítico
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Guía Breve para el Pensamiento Crítico

Richard L. Epstein, Alex Raffi, Manuel A. Dahlquist, Juan Francisco Rizzo

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Guía Breve para el Pensamiento Crítico

Richard L. Epstein, Alex Raffi, Manuel A. Dahlquist, Juan Francisco Rizzo

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Lo primero es pensar con claridad; después, escribir con claridad. La "Guía breve para el pensamiento crítico" lo ayudará a desarrollar las habilidades necesarias para razonar bien en sus estudios y en la vida cotidiana. Incluye cientos de ejemplos claros, divertidos y detallados que lo ayudarán a analizar argumentos y tomar mejores decisiones.La "Guía breve para el pensamiento crítico" es perfecta como libro de texto para cursos de pensamiento crítico, pero cualquiera que lo lea por sí mismo podrá razonar y escribir mejor.

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Information

Year
2018
ISBN
9781938421464
Razonar a partir de la experiencia

14Analogías

Analogías y comparaciones

AnalogíasUna comparación se convierte en un razonamiento por analogía cuando forma parte de un argumento. Basándonos en la conclusión de un lado de la comparación, inferimos que deberíamos concluir lo mismo del otro lado.
Ejemplo 1La marihuana debería ser legal. Después de todo, si no la legalizamos, ¿cuál sería la justificación para que el alcohol y el tabaco sigan siendo legales?
AnálisisEl alcohol es legal. El tabaco es legal. Por lo tanto, la marihuana debería ser legal. Las similitudes entre uno y otro caso son suficientes. Esto es un razonamiento por analogía.
Ejemplo 2Está demostrado que el DDT produce cáncer en las ratas, por lo que hay una buena posibilidad de que produzca cáncer en los seres humanos.
AnálisisEsto es un razonamiento por analogía, que incluye la siguiente comparación no enunciada: “Las ratas son como los seres humanos en los aspectos relevantes”. Por eso, si las ratas desarrollan cáncer al ser expuestas al DDT, lo mismo ocurrirá con los humanos.
Ejemplo 3“Mi amor es como una roja rosa.”
Robert Burns
AnálisisEsto no es razonamiento por analogía: aquí no hay ningún argumento.
La mayoría de los razonamientos por analogía están incompletos, porque se basan en algún principio general no enunciado. A menudo el valor de una analogía reside precisamente en que nos muestra –o nos permite descubrir– ese principio general no enunciado.
Ejemplo 4Culpar a los soldados por la guerra es como culpar a los bomberos por los incendios. (Contexto: Country Joe Mc Donald fue una estrella de rock que escribió canciones de protesta contra la guerra de Vietnam. En una entrevista de 1995 para la National Public Radio le preguntaron por qué decidió impulsar la construcción de un monumento dedicado a la memoria de los soldados de esa guerra, en la ciudad de Berkeley, California, su lugar de origen y un importante centro de protestas antibélicas en los años 60 y 70. Esta fue su respuesta.)
AnálisisEsto es una comparación. Pero se intenta que la interpretemos como un argumento.
No culpamos a los bomberos por los incendios.
Bomberos e incendios se parecen a soldados y guerras.
Por lo tanto, no deberíamos culpar a los soldados por las guerras.
¿Pero en qué formas se parecen bomberos e incendios a soldados y guerras? Para que el comentario de Country Joe pase de ser solo una sugerente declaración ambas cosas deberían ser lo suficientemente similares entre sí. Necesitamos identificar cuáles son las semejanzas importantes que podemos utilizar como premisas.
Bomberos e incendios son como soldados y guerras en que ambos:
Visten uniforme
Obedecen a una cadena de mando
No pueden desobedecer órdenes de sus superiores sin afrontar serias consecuencias
Combaten incendios / combaten en la guerra
Consideran concluido su trabajo cuando el incendio/la guerra ha concluido
Hasta hace poco solo podían ser varones
Arriesgan su vida en el trabajo
Los incendios/las guerras resultan en la muerte de otras personas
Los bomberos no comienzan incendios – los soldados no comienzan guerras
Suelen tomar cerveza
Pero eso último es tonto: los bomberos toman cerveza y los soldados también… ¿y?
Cuando preguntamos “¿y?”, ya estamos en camino a poder decidir si se trata de una buena analogía. No todas las similitudes son importantes. Tiene que haber alguna manera crucial, relevante, en la que los bomberos que combaten incendios se parezcan a los soldados que combaten en las guerras. Parece que algunas de las similitudes enumeradas más arriba no importan demasiado. Y hay otras que no podemos utilizar porque se basan en una ambigüedad, como cuando decimos que ambos “combaten” (los bomberos combaten incendios, los soldados combaten contra otros ejércitos).
No tenemos una buena guía acerca de cómo proceder –y esa es una debilidad del argumento original–. Pero si decidimos tomarnos en serio el comentario de Country Joe, tendremos que encontrar algún principio general que se aplique a ambos lados de la comparación.
Las similitudes que parecen más importantes son que tanto los bomberos como los soldados se ocupan de un trabajo peligroso, en el que intentan poner fin a un problema o un desastre que ellos mismos no comenzaron. Y no querríamos culpar a alguien por ayudar a poner fin a un desastre potencialmente dañino para todos.
(§)
Los bomberos tienen un trabajo peligroso.
Los soldados tienen un trabajo peligroso.
El trabajo de un bombero consiste en poner fin a un incendio.
El trabajo de un soldado consiste en poner fin a una guerra.
Los bomberos no comienzan incendios.
Los soldados no comienzan guerras.
Sin embargo, aunque agregáramos todas esas premisas al argumento original, seguiríamos sin tener un buen argumento en apoyo de la conclusión (de que no debemos culpar a los soldados por las guerras). Necesitamos un principio general:
Si una persona ayuda a poner fin a un desastre potencialmente dañino para otros, y que no ha sido provocado por ella, entonces no deberíamos culparla.
Este principio general parece plausible y hace que el argumento resulte válido.
Pero, ¿se trata de un buen argumento? ¿Son verdaderas todas sus premisas? Aquí es donde las diferencias entre bomberos y soldados pueden resultar importantes.
Las primeras dos premisas de (§) son claramente verdaderas, y también la tercera. Pero ¿el trabajo de los soldados consiste realmente en poner fin a una guerra? ¿Y es verdad que los soldados no comienzan las guerras? Prestemos atención a la siguiente diferencia:
Si no hubiera bomberos, de todos modos habría incendios. (Pero) Si no hubiera soldados, no habría guerras.
Sin soldados seguiría habiendo violencia. Pero sin soldados –si no hubiera ni un solo soldado por ninguna parte– no podría existir la violencia organizada de un país contra otro. (Un eslogan antibélico del tiempo de Vietnam decía: “¿Qué pasaría si organizaran una guerra y nadie apareciera a pelear?”).
¿Y?
La analogía de Country Joe no debería convencernos, porque el argumento incluye una premisa dudosa. Por supuesto, con esto no probamos que los soldados deberían ser culpados por las guerras. Como siempre, cuando mostramos que un argumento es malo, no demostramos que su conclusión es falsa. Lo único que hemos mostrado es que no tenemos más razones que antes para creer que la conclusión es verdadera.
Quizá las premisas de (§) puedan ser modificadas, agregando que los soldados generalmente son reclutados para combatir en la guerra; pero eso va más allá del argumento original de Country Joe. Y si quiso decir algo más, entonces es su responsabilidad aclararlo. También podríamos utilizar su comparación como un punto de partida para decidir si existe algún principio general basado en esas similitudes que nos diga por qué no deberíamos culpar a los soldados por las guerras.
Pasos en la evaluación de una ana...

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