LA ORTOGRAFÍA COMO NUNCA TE LA HABÍAN CONTADO
Si quieres escribir bien y a la vez entender la ortografía, este es el libro que debes leer. Por medio de la tabla periódica de los elementos de toda la vida, exploraremos las cuestiones fundamentales y más actuales de la ortografía para saber cómo escribir bien y descubrir las razones que se esconden detrás de las normas.
¿Cómo surgió la tabla periódica de la ortografía? Como parte del esfuerzo que hacemos en SinFaltas por difundir de una forma rigurosa pero divertida y cercana las reglas ortográficas, en diciembre de 2016 creamos y publicamos la tabla periódica de la ortografía. En dos días se volvió viral, llegando a la mayoría de los rincones hispanohablantes del mundo y a cientos de miles de personas, y en las semanas siguientes nos entrevistaron en medios de distintas partes del mundo (España, Colombia, México, Argentina…).
El éxito de la tabla nos permitió no solo constatar que es más fácil enseñar por medio de métodos originales y atractivos, sino que hay un creciente interés por todo lo lingüístico, sobre todo por aquello que puede ayudar a escribir mejor. Hemos vivido una época en la que los nuevos medios y soportes han destapado sin demasiada repercusión las carencias ortográficas y lingüísticas en general, pero, desde hace un tiempo, superada la etapa en la que el interés por la ortografía y por escribir bien han estado a la sombra de la fascinación por las nuevas tecnologías, se está produciendo un rebote. Una vez que ya no despierta tanta admiración el uso de los nuevos medios porque prácticamente todo el mundo los maneja adecuadamente, vuelve a importar la lengua. La imagen importa y la lengua es imagen, por lo que escribir bien es dar una buena imagen. Esta conciencia ha hecho que la gente se empiece a preocupar por lo que escribe, con las consiguientes dudas que surgen. La tabla periódica de la ortografía responde a muchas de ellas y creemos que lo hace de una forma concisa y atinada.
A pesar de que la tabla puede resolver muchas dudas —como mínimo 118, que es el número de elementos que aparecen—, la necesaria brevedad de las explicaciones, así como la disposición de las reglas ortográficas siguiendo el orden de la tabla periódica de los elementos químicos, hacían conveniente escribir un libro que ordenara el contenido y lo ampliara. Sobre todo porque, además de querer hacer llegar las reglas al mayor número de gente posible, en SinFaltas estamos convencidos de que es fundamental explicarlas. Cuando se conoce la justificación de las reglas, es más fácil recordarlas y aplicarlas.
El objetivo, pues, de este libro es presentar de una manera amena y cercana las reglas fundamentales de la ortografía del español, tratando en todo momento de explicarlas con detalle y profundidad para poder entenderlas mejor y aplicarlas con más destreza y conocimiento, además de cuestionar su necesidad e idoneidad en algunos casos.
Así veremos, por ejemplo, por qué se debe poner el signo de interrogación de apertura y si es posible prescindir de él en algunos contextos, o por qué se deben escribir en cursiva los extranjerismos; analizaremos en qué casos se puede poner coma delante de y, cómo se escriben los prefijos, por qué se tildan las palabras, por qué huérfano se escribe con h, pero orfanato no; descubriremos muchos trucos para saber cuándo usar g o j, b o v, y o ll, y también daremos pistas acerca de dónde buscar toda la información en caso de duda. Para hacer más cómodo el libro se puede empezar por cualquier sitio, pues cada elemento se puede leer de manera independiente. También hay un índice de materias y voces al final para que sea más rápido llegar a la explicación que pueda interesar en cada momento.
El objetivo final es que quien lea este libro salga preparado para escribir sin faltas, entender las reglas y saber dónde buscar la información cuando surgen las inevitables dudas.
La h ante -ue se puso para no confundir la u con la v
El español aún conserva restos de ortografía antigua. Uno de ellos es el del uso de la h delante de palabras como hueso. Se ponía para evitar que se confundieran palabras como velo (‘tela que cubre algo’) y uelo (del verbo oler) cuando la u y la v podían escribirse igual (lo que se dejó de hacer a partir de 1726).
Como esta ...