La criolla principal
eBook - ePub

La criolla principal

Inés Quintero

Partager le livre
  1. 256 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (adapté aux mobiles)
  4. Disponible sur iOS et Android
eBook - ePub

La criolla principal

Inés Quintero

DĂ©tails du livre
Aperçu du livre
Table des matiĂšres
Citations

À propos de ce livre

Como María Antonia Bolívar, este libro ya tiene una pågina en la historia de Venezuela. Una vida de estremecimientos, desazones y enterezas, convicciones y enfrentamientos, llena de intensidad cada pårrafo de esta obra deliciosa y apasionante. Atrapada en una coyuntura que cambió la existencia de todos, esa mujer olvidada por la epopeya de los relatos oficiales reaparece aquí para dejarnos en claro que aquellos tiempos no pueden reducirse a explicaciones simplistas y maniqueas. Fueron años complejos y ardientes, cimbrados por decisiones que transformaron el horizontes y las cotidianidades. Monårquica confesa, luchó armada de sus verdades ante los embates libertadores de su hermano. Estoica y firme en sus posiciones, le tocó la suerte de los perdedores y se vio arrastrada, como tantos otros, a la vida republicana. María Antonia es el emotivo ejemplo de que llevar el apellido Bolívar no representó una misma forma de pensar ni de vivir esos momentos de vértigo y trastorno.Con mås de 15000 ejemplares vendidos, "La criolla principal" es un libro de historia revelador que nos devuelve un pasado diferente al que suele ser confiscado entre héroes y versiones oficiales.

Foire aux questions

Comment puis-je résilier mon abonnement ?
Il vous suffit de vous rendre dans la section compte dans paramĂštres et de cliquer sur « RĂ©silier l’abonnement ». C’est aussi simple que cela ! Une fois que vous aurez rĂ©siliĂ© votre abonnement, il restera actif pour le reste de la pĂ©riode pour laquelle vous avez payĂ©. DĂ©couvrez-en plus ici.
Puis-je / comment puis-je télécharger des livres ?
Pour le moment, tous nos livres en format ePub adaptĂ©s aux mobiles peuvent ĂȘtre tĂ©lĂ©chargĂ©s via l’application. La plupart de nos PDF sont Ă©galement disponibles en tĂ©lĂ©chargement et les autres seront tĂ©lĂ©chargeables trĂšs prochainement. DĂ©couvrez-en plus ici.
Quelle est la différence entre les formules tarifaires ?
Les deux abonnements vous donnent un accĂšs complet Ă  la bibliothĂšque et Ă  toutes les fonctionnalitĂ©s de Perlego. Les seules diffĂ©rences sont les tarifs ainsi que la pĂ©riode d’abonnement : avec l’abonnement annuel, vous Ă©conomiserez environ 30 % par rapport Ă  12 mois d’abonnement mensuel.
Qu’est-ce que Perlego ?
Nous sommes un service d’abonnement Ă  des ouvrages universitaires en ligne, oĂč vous pouvez accĂ©der Ă  toute une bibliothĂšque pour un prix infĂ©rieur Ă  celui d’un seul livre par mois. Avec plus d’un million de livres sur plus de 1 000 sujets, nous avons ce qu’il vous faut ! DĂ©couvrez-en plus ici.
Prenez-vous en charge la synthÚse vocale ?
Recherchez le symbole Écouter sur votre prochain livre pour voir si vous pouvez l’écouter. L’outil Écouter lit le texte Ă  haute voix pour vous, en surlignant le passage qui est en cours de lecture. Vous pouvez le mettre sur pause, l’accĂ©lĂ©rer ou le ralentir. DĂ©couvrez-en plus ici.
Est-ce que La criolla principal est un PDF/ePUB en ligne ?
Oui, vous pouvez accĂ©der Ă  La criolla principal par InĂ©s Quintero en format PDF et/ou ePUB ainsi qu’à d’autres livres populaires dans Historia et Historia de LatinoamĂ©rica y el Caribe. Nous disposons de plus d’un million d’ouvrages Ă  dĂ©couvrir dans notre catalogue.

Informations

Éditeur
Editorial Alfa
Année
2016
ISBN
9788416687046

Parte III.
Conservadora

Impotente frente a la reacciĂłn contra BolĂ­var

Cuando BolĂ­var saliĂł de Caracas el 5 de julio de 1827, MarĂ­a Antonia no sabĂ­a que serĂ­a la Ășltima vez que lo verĂ­a y que, a partir de ese momento, el predominio polĂ­tico de su hermano empezarĂ­a a declinar con la misma velocidad con la que crecerĂ­a el rechazo a sus proyectos, a sus ideas y a su persona.
El mismo año de 1827, la oposición a Bolívar en Bogotå se expresaba por la prensa sin eufemismos. Los periódicos El Buscaniguas, El Fuete, El Gavilån, El Batuecano, El Bobo Entrometido, El Zurriago, fustigaban al Libertador, rechazaban su conducción política del problema con Påez y se declaraban abiertamente a favor de la disolución de la Gran Colombia.
Vicente Azuero, uno de los mås encarnizados opositores a Bolívar, editor de El Conductor y El Granadino, lo acusaba de haber «violado todas las leyes», de ser un individuo que «detestaba las instituciones » y de ser el «responsable directo de todos los males del país».
En las sesiones del Congreso de Colombia con sede en Bogotå, sus enemigos denunciaban su vocación por el «absolutismo y la tiranía» y exponían que «... poner a los pueblos bajo la autoridad de Bolívar era como poner a un niño cristiano bajo la dirección de un mahometano para que le enseñase el evangelio».[61]
Uno de los blancos fundamentales de los ataques era su proyecto de ConstituciĂłn para la RepĂșblica de Bolivia, en la cual se consagraba la figura de la Presidencia vitalicia y una alta concentraciĂłn del poder en manos del Ejecutivo.
En el periĂłdico El Zurriago de BogotĂĄ, salĂ­a publicado en diciembre de 1827 un elocuente epitafio a la mencionada ConstituciĂłn, el cual decĂ­a como sigue:
Bajo este mĂĄrmol triste y tenebroso
descansa en paz la carta boliviana;
caminante no turbes su reposo,
ni digas que su muerte fue temprana,
deja que la solloce el ambicioso destructor de la carta colombiana;
pasa la losa con furor eterno
que ella contiene el parto del averno[62]
HabĂ­a, pues, una clara tendencia polĂ­tica que adversaba a BolĂ­var y a sus ideas polĂ­ticas.
En abril de 1828 se reunió la Convención de Ocaña con representantes de todos los departamentos que conformaban la Gran Colombia. Allí se puso en evidencia la fortaleza de la oposición a Bolívar. No hubo manera de llegar a acuerdos entre las partes en conflicto y un mes después de su instalación la reunión se disolvió.[63]
El resultado inmediato de la disoluciĂłn de la ConvenciĂłn fue la instauraciĂłn de la dictadura del Libertador. El 13 de junio, tres dĂ­as mĂĄs tarde de firmarse el acta que declaraba disuelta la reuniĂłn de Ocaña, una Asamblea reunida en BogotĂĄ solicitĂł a BolĂ­var que se encargara del mando supremo de la repĂșblica con plenitud de facultades, ya que solo mediante el ejercicio de un gobierno fuerte y enĂ©rgico se podrĂ­a «hacer el bien y reprimir el mal en toda su extensiĂłn».[64] El 24 de junio, en BogotĂĄ, BolĂ­var se encargĂł del poder ejecutivo con atribuciones dictatoriales.
NumerosĂ­simos pronunciamientos similares al de BogotĂĄ se produjeron a lo largo y ancho del territorio grancolombiano. En Caracas, el propio PĂĄez, en su condiciĂłn de jefe civil y militar de Venezuela, lanzĂł una proclama el 15 de julio en la cual manifestaba que el Libertador era llamado a salvar a la repĂșblica y que Ă©l esperaba que asĂ­ lo hiciera. Ese mismo dĂ­a se pronunciĂł la Municipalidad de Valencia y el 18, una Asamblea presidida por el intendente de Caracas, don Esteban Palacios y Blanco, el tĂ­o del Libertador, ratificĂł el llamado general para que «... el Libertador Presidente se encargue exclusivamente del Gobierno supremo con plenitud de facultades».[65]
Inmediatamente, el intendente Palacios hizo un llamado a los habitantes de la ciudad para que adornasen y alumbrasen sus casas durante tres días y celebrar así el «glorioso acontecimiento».
MarĂ­a Antonia fue una de las primeras en acatar el llamado de su tĂ­o, el intendente. Su casa de habitaciĂłn en la esquina de Sociedad se llenĂł de guirnaldas y antorchas. Muchos de los seguidores de BolĂ­var se sumaron al jolgorio. El domingo 20 de julio se celebrĂł un tedĂ©um en la catedral, hubo un desfile de la guarniciĂłn de la ciudad por la mañana y en la noche la plaza se llenĂł de gente, se escucharon canciones patriĂłticas y hubo mĂșsica con orquesta militar.
El momento cumbre de la velada fue el de la ceremonia, mediante la cual, con toda pompa y boato, una guardia de honor y un cortejo adecuado se dirigieron a la casa de MarĂ­a Antonia para retirar el retrato del Libertador y conducirlo a la plaza a fin de exhibirlo y rendirle honores, tal como era la costumbre en tiempos de la monarquĂ­a, cuando se paseaba el retrato del rey y se colocaba en la plaza para que los sĂșbditos le manifestasen su fidelidad al monarca.
La ceremonia colocó a María Antonia en el centro de los acontecimientos: primero, cuando el cortejo se dirigió a su casa en busca del retrato; luego, al presidir ella misma la procesión que acompañó el retrato hasta la plaza y, finalmente, al declararse decidida y entusiasta defensora de la dictadura de su hermano.
MarĂ­a Antonia, desde su visiĂłn de la polĂ­tica, compartĂ­a plenamente este desenlace que investĂ­a a BolĂ­var de poderes dictatoriales y lo convertĂ­a en «Jefe Supremo de la RepĂșblica». En sus cartas, infinidad de veces le habĂ­a dicho que la soluciĂłn a los males de la repĂșblica estaba en su persona y que solo con medidas fuertes y enĂ©rgicas podrĂ­an contenerse la anarquĂ­a y el caos. Estimaba, pues, que la dictadura de su hermano era, sin lugar a dudas, el remedio mĂĄs expedito para alcanzar la tranquilidad y la estabilidad de los colombianos, la Ășnica garantĂ­a para recuperar el imperio del orden, valor especialmente apreciado por esta criolla principal.
Sin embargo, el entusiasmo de MarĂ­a Antonia muy rĂĄpidamente se vio oscurecido por las reacciones que en sentido contrario promovieron quienes no vieron con buenos ojos el predominio absoluto del Libertador.
Los enemigos de la dictadura esparcían todo tipo de rumores y dejaban saber por la prensa sus críticas y rechazo a la omnipotencia política del Libertador. Decían que Bolívar tenía el propósito de coronarse, que la dictadura no era sino la antesala a un gobierno de clara tendencia monarquista, que su popularidad y liberalismo eran aparentes, que lo que buscaba era esclavizar a los pueblos, que haría lo imposible para perpetuarse en el poder, que se recuperarían los privilegios y las jerarquías de antaño, que se restablecerían los títulos nobiliarios, que se renovarían el fuero eclesiåstico y la preponderancia de los curas, que el imperio de la desigualdad estaría a la orden del día. Se perdería, pues, todo aquello por lo cual se había combatido durante la guerra.
Los improperios y calumnias que se venĂ­an sobre el hermano de MarĂ­a Antonia alcanzaban niveles inusitados que involucraban, inclusive, el pasado familiar. Un ejemplo de ello era la especie que se habĂ­a extendido entre el populacho segĂșn la cual la maldad de BolĂ­var y su desprecio por los negros y las clases inferiores era innata. Desde su mĂĄs tierna infancia, segĂșn se decĂ­a, el niño SimĂłn BolĂ­var habĂ­a dado demostraciones de crueldad extrema.
La versión que se dejaba oír en las esquinas era que Bolívar cuando niño «... se divertía en matar negritos con un cortaplumas y que su madre le daba gusto en ello: que cuando el hijo lloraba salía al balcón y gritaba a sus esclavos: este niño no tiene con qué jugar, ya se la acabaron los negritos. Vayan a la hacienda a traerle mås».[66]
Era natural que MarĂ­a Antonia viese con horror y el mĂĄs justificado estupor el tipo de locuras que llegaban a decirse sobre su hermano y, peor aĂșn, sobre su propia madre ya que, segĂșn el citado comentario, la mismĂ­sima doña ConcepciĂłn Palacios y Blanco era la principal cĂłmplice de los caprichos del crĂ­o. Un desvarĂ­o como ese era, sencillamente, ajeno del todo a la realidad. A quiĂ©n podĂ­a ocurrĂ­rsele una cosa parecida, se decĂ­a MarĂ­a Antonia, ÂĄcuando un niño esclavo podĂ­a alcanzar un valor superior a los 100 pesos!
Pero la campaña contra Bolívar no solamente llegaba al extremo de convertirlo en un monstruo desde su niñez, sino que ademås, en la prensa y los pasquines, se podían leer los mås variados insultos contra el Libertador Presidente: «tirano», «déspota », «usurpador», «hipócrita» «criminal», «malvado», «ambicioso », «ingrato» y «fementido» eran algunos de los preferidos por sus enemigos.
En el periódico Atalaya, publicado en Lima, salía a la luz una «Canción patriótica» cuyo coro decía así:
Guerra eterna a BolĂ­var por tirano y traidor
se ha hecho liberticida ya no es Libertador[67]
Las noticias que llegaban desde BogotĂĄ tampoco eran tranquilizadoras. Se comentaba con insistencia que se habĂ­a constituido una «Sociedad de Salud PĂșblica», fiel reproducciĂłn de las que instauraron los revolucionarios franceses en los momentos mĂĄs cruentos de la revoluciĂłn. El propĂłsito de la «Sociedad» era exterminar a los enemigos de la libertad: BolĂ­var era el primero de la lista.
A manos de MarĂ­a Antonia llegĂł un libelo que contenĂ­a una estrofa proferida a voz en cuello en la ciudad de BogotĂĄ por uno de los miembros de la mencionada sociedad, Luis Vargas Tejada, en la cual se llamaba a acabar con la vida del Libertador:
Si de BolĂ­var la letra con que empieza
y aquella con que acaba le quitamos,
«Oliva» de la paz símbolo hallamos.
Esto quiere decir que la cabeza
al Tirano y los pies cortar debemos
Si es que una paz durable apetecemos[68]
No transcurriĂł mucho tiempo para que se cumpliese el llamado de Vargas Tejada. La noche del 25 de septiembre un grupo de individuos asaltĂł el palacio de San Carlos, sede del Poder Ejecutivo, donde se encontraba BolĂ­var, para intentar asesinarlo, pero este logrĂł escapar. Los involucrados en el hecho fueron sometidos a juicio; se decĂ­a que Santander era el promotor del magnicidio. Vargas Tejada huyĂł y se escondiĂł en una cueva; no se sabĂ­a nada de Ă©l. La ocasiĂłn fue propicia para que se exacerbaran las pasiones: unos para repudiar el nefando episodio; otros para lamentarse por su fracaso. Definitivamente, la figura de BolĂ­var dividĂ­a y polarizaba a los habitantes de la Gran Colombia y de ello era parte MarĂ­a Antonia.
En el mismo periĂłdico Atalaya del PerĂș, aun antes de conocerse la noticia del atentado contra BolĂ­var se publicaba una «Marcha nacional» en la cual se arengaba a los peruanos a acabar con la vida de BolĂ­var:
Libertad, Libertad sea el voto
Que a los cielos emita el peruano
y que tiemble el infame tirano
y que tiemble el odioso SimĂłn
A la voz de la patria ultrajada
Empuñad el acero invencible
y clamad en acento terrible:
ÂĄMuera, muera el injusto agresor!
Marchad pues a la lucha, peruanos,
no temĂĄis: el honor os convida.
Destrozad al tirano homicida
Arrancadle ese aliento infernal
Derramad en torrentes su sangre
Sobre el campo de Marte tremendo,
Y el cañón en horrísono estruendo
Lance ruinas, estragos y horror[69]
Desde Bogotå, el Libertador presidente intentaba en vano apaciguar los ånimos, pero la efervescencia política estaba desbordada. Con el fin de salvar la unidad colombiana convocó, el 28 de diciembre de 1828, un proceso eleccionario para que fuesen designados los miembros del Congreso Admirable a realizarse en Bogotå comenzando el año de 1830. Inmediatamente tuvo que marcharse al Ecuador con la esperanza de impedir la ...

Table des matiĂšres