Pinturas negras de Goya
eBook - ePub

Pinturas negras de Goya

Valeriano Bozal

Partager le livre
  1. 163 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (adapté aux mobiles)
  4. Disponible sur iOS et Android
eBook - ePub

Pinturas negras de Goya

Valeriano Bozal

DĂ©tails du livre
Aperçu du livre
Table des matiĂšres
Citations

À propos de ce livre

Realizadas entre 1819 y 1823 sobre los muros de dos salas de la Quinta llamada del Sordo, las Pinturas negras proporcionan una imagen del mundo sombrío y del mundo luminoso que siempre ha sido característico de Francisco Goya. Mås allå del interés histórico y de la preocupación académica, sin ignorarlos, se contemplan como obras vivas, imågenes vivas en las que, a pesar de su caråcter enigmåtico (quizå también por él), nos reconocemos. Pinturas negras de Goya analiza una de las obras mås herméticas del artista y, a la vez, de mayor efecto visual y emocional. Pintadas entre 1819 y 1823 en las paredes de la Quinta sobre el Manzanares que poseía el pintor, constituyen un verdadero paradigma de la modernidad, de "Capilla Sixtina" de la modernidad se dice en el libro, y constituyen un verdadero resumen de la obra del artista aragonés.

Foire aux questions

Comment puis-je résilier mon abonnement ?
Il vous suffit de vous rendre dans la section compte dans paramĂštres et de cliquer sur « RĂ©silier l’abonnement ». C’est aussi simple que cela ! Une fois que vous aurez rĂ©siliĂ© votre abonnement, il restera actif pour le reste de la pĂ©riode pour laquelle vous avez payĂ©. DĂ©couvrez-en plus ici.
Puis-je / comment puis-je télécharger des livres ?
Pour le moment, tous nos livres en format ePub adaptĂ©s aux mobiles peuvent ĂȘtre tĂ©lĂ©chargĂ©s via l’application. La plupart de nos PDF sont Ă©galement disponibles en tĂ©lĂ©chargement et les autres seront tĂ©lĂ©chargeables trĂšs prochainement. DĂ©couvrez-en plus ici.
Quelle est la différence entre les formules tarifaires ?
Les deux abonnements vous donnent un accĂšs complet Ă  la bibliothĂšque et Ă  toutes les fonctionnalitĂ©s de Perlego. Les seules diffĂ©rences sont les tarifs ainsi que la pĂ©riode d’abonnement : avec l’abonnement annuel, vous Ă©conomiserez environ 30 % par rapport Ă  12 mois d’abonnement mensuel.
Qu’est-ce que Perlego ?
Nous sommes un service d’abonnement Ă  des ouvrages universitaires en ligne, oĂč vous pouvez accĂ©der Ă  toute une bibliothĂšque pour un prix infĂ©rieur Ă  celui d’un seul livre par mois. Avec plus d’un million de livres sur plus de 1 000 sujets, nous avons ce qu’il vous faut ! DĂ©couvrez-en plus ici.
Prenez-vous en charge la synthÚse vocale ?
Recherchez le symbole Écouter sur votre prochain livre pour voir si vous pouvez l’écouter. L’outil Écouter lit le texte Ă  haute voix pour vous, en surlignant le passage qui est en cours de lecture. Vous pouvez le mettre sur pause, l’accĂ©lĂ©rer ou le ralentir. DĂ©couvrez-en plus ici.
Est-ce que Pinturas negras de Goya est un PDF/ePUB en ligne ?
Oui, vous pouvez accĂ©der Ă  Pinturas negras de Goya par Valeriano Bozal en format PDF et/ou ePUB ainsi qu’à d’autres livres populaires dans Arte et Arte europeo. Nous disposons de plus d’un million d’ouvrages Ă  dĂ©couvrir dans notre catalogue.

Informations

Année
2015
ISBN
9788491140382
Édition
1
Sujet
Arte
Sous-sujet
Arte europeo

VI

La estela de las Pinturas negras y los orĂ­genes del arte moderno

1. Estelas

Cinco son los senderos que podemos recorrer en nuestra pretensiĂłn de perfilar la estela de la obra de Goya y, en concreto, de sus Pinturas negras, senderos que se cruzan en mĂșltiples ocasiones. Lo «goyesco» es el primero, el mĂĄs conocido y, en mi opiniĂłn, el que de una manera mĂĄs clara reduce o mutila la complejidad del arte del artista aragonĂ©s. Estudiar a Goya como «fuente» de otros artistas, del siglo XIX o del XX, constituye el segundo de los caminos. Es, con el tercero, un camino hasta cierto punto tradicional: tambiĂ©n es fuente para movimientos o tendencias, el expresionismo y el surrealismo, por ejemplo, anticipo de otras, del impresionismo, se dice. MĂĄs complicado es el cuarto, posee un carĂĄcter mĂĄs general, hace referencia a un rasgo propio de la modernidad, de la sensibilidad moderna, en la que se acomodan tendencias y estilos diversos, autores diferentes: el mundo de la noche frente al optimismo de las luces de la razĂłn. Mundo es concepto que tambiĂ©n conviene al Ășltimo de los senderos propuestos: el mundo de la subjetividad, el de lo grotesco, el mundo de la violencia, que conduce al grito, son otros tantos ĂĄmbitos para los que la obra de Goya es preludio fundamental.
El de lo «goyesco» es el camino mås recorrido. Dos son las direcciones que asume, en algunos momentos se encuentran, en otros, divergen. La primera tiene en cuenta todo lo que en Goya hay de costumbrista y pintoresco, es capaz de articular la sociedad feliz de los cartones para tapices con algunos de los dibujos, las estampas de los Caprichos y la Tauromaquia con pinturas que representan escenas tan poco edificantes como el asalto de los bandoleros a un coche, corridas de toros, procesiones de flagelantes, carnavales y actos inquisitoriales. Leonardo Alenza y, sobre todo, Eugenio Lucas son los continuadores de Goya en este espacio pintoresco.
Aunque a primera vista pueda parecer que es imposible articular imĂĄgenes y realidades tan disĂ­miles, eso es lo que ha sucedido, ofreciendo, o pretendiendo ofrecer, las diferentes caras de una sociedad exĂłtica, que debe mucho a las narraciones y los juicios de los viajeros europeos de la primera mitad del siglo XIX, y aun anteriores. Es una España romĂĄntica que acepta bandoleros rococĂł o la no menos rococĂł corrida de toros, baile a orillas del Manzanares, feria en los alrededores de Madrid, lavanderas, etc. –es decir, el repertorio de tipos, trajes, «gritos» y actividades de los cartones para tapices–, en el horizonte de una sociedad que ha dejado de ser rococĂł ya en los finales del siglo, tal como puede apreciarse incluso en las pinturas realizadas para la Alameda de Osuna, en la que se oscila desde la alegrĂ­a del columpio a la tragedia del asesinato en el asalto al coche.
QuizĂĄ es esta ambigĂŒedad la que permite hablar de la segunda direcciĂłn, la que conduce a la España negra, la de la crisis de Cuba, la de Zuloaga, Regoyos, Verhaeren, Solana, pero tambiĂ©n la del primer Baroja y el primer AzorĂ­n, la España preludiada por el Ruedo IbĂ©rico valleinclanesco. Algunas estampas de la Tauromaquia son dignas, en su violencia, de ese ruedo, como lo son las pinturas de flagelantes o los juicios de la InquisiciĂłn, los ajusticiados y los torturados que protagonizan muchos de los dibujos de los ĂĄlbumes. Son escenas, tipos y costumbres que, un siglo despuĂ©s, podrĂ­an haber encontrado, y de hecho encontraron, Regoyos y Verhaeren en su recorrido por la PenĂ­nsula. No muy diferentes, por otra parte, de las que narrĂł Richard Ford un siglo y medio antes, cuando se dispuso a vender biblias en los pueblos y ciudades de nuestro paĂ­s, se interesĂł por los gitanos y escribiĂł uno de los relatos mĂĄs apasionantes entre los que directamente nos conciernen, La Biblia en España.
Pero la que he denominado segunda direcciĂłn de este camino goyesco no se recorriĂł sĂłlo en España, ni se recorriĂł exclusivamente bajo el auspicio de los viajeros. Tuvo en Francia versiones que nos interesan, y que conducen a paraderos distintos. Victor Hugo, hijo de un general francĂ©s, que estuvo con su padre en la infancia en la PenĂ­nsula, durante la Guerra de la Independencia, siempre tuvo una especial predilecciĂłn por lo español romĂĄntico: la Edad Media, las murallas y el castillo, el paisaje castellano, la horca, la religiĂłn y, naturalmente, la InquisiciĂłn. Una de sus obras, titulada Torquemada (h. 1854, ParĂ­s, Maison de Victor Hugo) [45], realizada antes de escribir el drama del mismo tĂ­tulo, adelanta en el amontonamiento de muertos –en realidad las defensas de una escollera de Jersey– una España negra que va mucho mĂĄs allĂĄ de los lĂ­mites de lo pintoresco: rememora, sin saberlo, otros montones de muertos, los representados en los Desastres, y preludia los que se fotografiarĂĄn un siglo despuĂ©s en los documentales que registran lo sucedido en los campos. Entre aquellas estampas de Goya y estos documentales es posible trazar una lĂ­nea que la modernidad ha recorrido.
Lo goyesco no es, por tanto, entidad de una sola cara. Tiene varias, aunque la mås celebrada sea la de lo pintoresco. Lo pintoresco muerde en las otras, en la que ofrece la España negra o en la no menos negra visión de Hugo, pero no se hace con ellas. Cada una de esas caras muestra los límites de las restantes. El costumbrismo pintoresco, que tantas veces ha ocupado el centro de interés, pone de relieve lo limitado de sus pretensiones en la España negra y ésta queda por completo desbordada en el «mundo de la noche» que anuncia Victor Hugo (que, sin embargo, no la abandona). Un mundo que puede ser, a su vez, entendido de varias maneras. Al modo en que lo hicieron Max Klinger, Félicien Rops y Odilon Redon, por ejemplo, pero también en la perspectiva de Alfred Kubin o en la, diferente, de Georges Rouault.
Puesto que algunos de estos artistas conocieron la obra de Goya, la estimaron e incluso se inspiraron en ella, cabe hablar ahora del segundo camino: Goya en tanto que fuente de artistas de los siglos XIX y XX. No parece posible pensar que algunos de los grabados de Klinger, por ejemplo, pudieron hacerse al margen del conocimiento de la obra del artista aragonĂ©s –aunque esta obra no sea suficiente para comprenderlos en su integridad: es necesario pensar en otros artistas, en Böcklin, y muchos literatos, Poe y Hoffmann, y, en general, el que se ha llamado «romanticismo negro»–, y aunque el mismo afirmĂł que su trabajo con el aguatinta es en principio independiente de su conocimiento de Goya, posterior, sĂ­ podemos decir que es afĂ­n. Como lo es su tratamiento de lo nocturno, del espacio indefinido habitado por seres fantĂĄsticos y su sentido de la tragedia [46].
Los rostros caricaturescos y las multitudes de James Ensor estaban presentes en muchos de los grabados de Goya, y La muerte persiguiendo al rebaño humano (1896, Amberes, Museum Plantin-Moretus/Prentenkabinet) [47] es aguafuerte que hubiera gustado a Goya, aunque pertenezca a una poética diferente. Sus måscaras, como las de Solana, tienen un preludio claro en El entierro de la sardina (h. 1812-1819, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando) y algunos de los Disparates, todo lo cual abre un camino hacia lo cómico y grotesco al que posteriormente me referiré. Måscaras goyescas son también las que realizó Rouault para ilustrar Las flores del mal (1926-1927), autor de paisajes desolados en algunas estampas del Miserere (1922) [48], que estån muy próximos a Goya, como lo estån sus «retratos» de jueces y prostitutas. Mas, como sucede en el caso de los artistas anteriores, no hay una línea directa entre Goya y Rouault, en medio, un autor que tuvo gran influencia sobre el artista francés, con un mundo muy próximo: Leon Bloy.
TEROVEMADA
45. Victor Hugo, Torquemada, h. 1854, ParĂ­s, Maison de Victor Hugo.
chpt_fig_044.webp
46. Max Klinger, La bruja y el murciélago, 1880, Poznan, The National Museum in Poznan.
chpt_fig_045.webp
47. James Ensor, La muerte persiguiendo al rebaño humano, 1896, Amberes, Museum Plantin-Moretus/Prentenkabinet.
chpt_fig_046.webp
48. G. Rouault, Miserere. Cantad maitines. Renace el dĂ­a, 1922, Paris, Fondation Georges Rouault.
Tampoco existe una línea directa entre Goya y Alfred Kubin [49], quizå el mås próximo al artista aragonés entre todos los mencionados, tanto en los dibujos trågicos como en los cómicos, pero no se puede pensar a Kubin sin Poe y sin Hoffmann, sin el propio Baudelaire y, después, sin Kafka y sin Trakl. La influencia de Goya se perfila en un åmbito de relaciones complejas, una trama que configura la sensibilidad moderna.
Los artistas del siglo XX hacen a Goya uno de los suyos. EstĂĄ p...

Table des matiĂšres