El viaje del pensador
(El inquisitivo; el lĂșcido; el introspectivo)
Mentis: (latĂn) Mente, pensamiento, intelecto.
La mejor manera de evitar que un prisionero escape es asegurarse de que nunca sepa que estĂĄ en prisiĂłn.
FIĂDOR DOSTOYEVSKI
La historia
Su nombre era Wafa
Sin embargo los dioses de marfil,
Y los dioses de Ă©bano,
Y los dioses de jade y diamantes,
Son sĂłlo tontas marionetas de los dioses
Que la gente ha creado.-
LANGSTON HUGHES
Al principio yo era una comida congelada.
TenĂa todos los ingredientes bĂĄsicos ya incluidos en el paquete que llevaba mi nombre. SĂłlo faltaba calentarme en un horno de microondas âel Ăștero de mi madre (me disculpo por la sĂłrdida pero tentadora metĂĄfora)â para que estuviera lista para el consumo.
No estoy hablando de genes, sino de lo que se conoce como «identidad» y «herencia»:
1. Raza: Ărabe.
Significado especĂfico: Miembro de un pueblo semĂtico, originario de la PenĂnsula ArĂĄbiga y territorios vecinos, que habita gran parte del Oriente Medio y Ăfrica del Norte.
Significado general: No occidental. Es decir, subdesarrollado. No moderno. No tiene la mente abierta. No se puede pensar en nada positivo (Ah, y camellos, ÂĄpor supuesto!).
2. Nacionalidad: Libanesa.
Significado especĂfico: Ciudadano del LĂbano, un paĂs en Asia Occidental, en la cuenca del MediterrĂĄneo oriental; hogar histĂłrico de los fenicios.
Significado general: Guerra civil. Buenos comerciantes. Guerra civil. Mala memoria. Guerra civil. Volatilidad. Guerra civil. Corrupción. Guerra civil. Mujeres hermosas. Guerra civil. Comida deliciosa. Guerra civil. Fiesta como si no hubiera mañana. Y guerra civil.
3. ReligiĂłn: CatĂłlica.
Significado especĂfico: Miembro de la Iglesia catĂłlica; cristiano; trinitario; dirigida por el Obispo de Roma, tambiĂ©n conocido como el Papa.
Significado general (entre otras cosas): Mi Dios (que es el Ănico y Verdadero Dios entre los miles de otros dioses en los que cree la gente en la tierra; ÂżquĂ© tan afortunada puede ser una persona?) tuvo un hijo con una linda mujer virgen llamada MarĂa, sin tener relaciones sexuales. La mujer es una costilla del hombre. Alguien siempre me estĂĄ mirando, incluso cuando estoy en el baño. Y si un bebĂ© muere antes de ser bautizado, podrĂa arder en el infierno.
4. GĂ©nero: Femenino.
Significado especĂfico: miembro de un sexo que puede producir Ăłvulos y dar a luz; tiene dos cromosomas X.
Significado general: Emocional. Débil. Sumisa. Irracional. Ingenua. Obsesionada con casarse. Måquina de bebés. Diosa de la cocina.
Y tetas.
Fue asĂ como comencĂ© mi viaje en la vida: con Ă©sta, y otra informaciĂłn y sus respectivos clichĂ©s inferidos, escrita entre lĂneas en mi certificado de nacimiento. No es la mejor suerte que uno podrĂa desear. No decidĂ, ni moldeĂ©, ni elegĂ conscientemente a ninguno de ellos. No necesitĂ© hacer nada para ganarlos. Eran mis componentes obligatorios. Mi «equipaje».
Yo era una consecuencia, no una persona. TodavĂa no.
En la dĂ©cada de los ochenta, habĂa una chica en mi tropa de Niñas Exploradoras: se llamaba Wafa y era «diferente».
Wafa tambiĂ©n tenĂa equipaje. Su componente principal era el tĂ©rmino «musulmana» y la volvĂa demasiado conspicua en el suburbio oriental de Beirut donde crecĂ.
Una niña de once años no quiere llamar la atenciĂłn, especialmente no por ser musulmana en un barrio cristiano. No es como si Wafa usara un hiyab o algo parecido: su apariencia exterior era totalmente similar a la nuestra. Pero sabĂamos que no era como nosotras. SabĂamos que no era «una de las nuestras». SusurrĂĄbamos, «Es una musulmana», como si significara: «Es una asesina en serie» o «Su padre es nudista». Creo que ni siquiera sabĂamos lo que era un musulmĂĄn, a excepciĂłn de «No cristiano», y, por lo tanto, «Enemigo».
A Wafa le caĂa bien. Ella me lo dijo. Un dĂa incluso llegĂł a preguntarme: «¿Quieres ser mi amiga?». Pero a mĂ no me caĂa bien Wafa. Para ser mĂĄs precisos, a Rita, nuestra lĂder, que era hija de un prominente miembro de la Falange (una organizaciĂłn paramilitar cristiana), no le caĂa bien. AsĂ que a mĂ tampoco me caĂa bien. AutomĂĄticamente. No necesitaba pensar por mĂ misma: Rita lo hacĂa por mĂ y yo simplemente la seguĂa.
No importaba quiĂ©n era Wafa bajo su etiqueta de musulmana. No importaba que fuera amable, sociable y servicial. No importaba que fuera una gran niña exploradora. No importaba que siempre llegara a nuestras reuniones con unas deliciosas galletas que su madre nos habĂa preparado: su madre era musulmana, por lo que las galletas tambiĂ©n eran musulmanas. Nos las comĂamos desvergonzadamente, pero sin un agradecimiento, un gesto de gratitud o una mirada amistosa. IgnorĂĄbamos a Wafa y dejĂĄbamos que se sentara sola, en un rincĂłn de la habitaciĂłn, como si estuviera apestada. Hoy sigue sorprendiĂ©ndome lo crueles que pueden ser los niños.
Hasta que un dĂa, Wafa dejĂł de asistir a nuestras reuniones los sĂĄbados por la mañana. EchĂĄbamos de menos las galletas, pero Rita estaba convencida de que se trataba de una victoria colectiva «del bien sobre el mal». AsĂ que nos convencimos de ello tambiĂ©n. AutomĂĄticamente. No necesitĂĄbamos pensar por nosotras mismas: nuestra lĂder lo hacĂa por nosotras y nosotras simplemente la seguĂamos.
Las grandes guerras nunca suceden sin las pequeñas guerras. Y son igualmente desagradables.
La imagen poĂ©tica del reciĂ©n nacido representado como una «pĂĄgina en blanco» es incorrecta. Desde el inicio, todos venimos con equipaje; y es bastante pesado. Esa primera pĂĄgina estĂĄ lejos de estar en blanco: tiene el nombre y lo que simboliza; la familia y su pasado; la clase social y sus etiquetas; el paĂs y su historia; las creencias religiosas de la comunidad y su carga; las convicciones polĂticas de los padres y sus consecuencias, etc. Muchos no se molestan en desempacar: es un desastre y requiere mucho tantear y ordenar. AsĂ que continĂșan con sus vidas siendo lo que meras coincidencias decidieron que debĂan ser. Se las «apañan con lo que tienen».
Yo tambiĂ©n lo hice durante algĂșn tiempo, hasta que la maleta se volviĂł demasiado pesada y demasiado incĂłmoda para que la arrastrara.
No comencĂ© a usar mis facultades de razonamiento y discernimiento de la noche a la mañana. No es como si me levantara un dĂa y decidiera: «De ahora en adelante pensarĂ© por mĂ misma. CuestionarĂ© cada cosa, en cualquier lugar, en cualquier momento; para despuĂ©s decidir lo que quiero o no quiero ser/hacer».
TomĂł mucho tiempo; mucha maduraciĂłn; muchas grandes obras de literatura y escritores formidables; mucha oposiciĂłn y alienaciĂłn tambiĂ©n. Pero sobre todo, muchos terribles errores: juzgar a los demĂĄs en base a sus etiquetas; creer a ciegas en lugar de razonar; seguir en lugar de elegir; acordar en lugar de investigar; respaldar en lugar de construir; querer pertenecer a la multitud a cualquier costo, en lugar de atreverme a diferir corriendo el riesgo de ser excluida; pasar dos horas recitando el rosario antes de un examen de matemĂĄticas en lugar de estudiar; odiar a alguien que mi madre odiaba; hacer cosas sĂłlo porque una amiga las hacĂa, o un ser querido las admirarĂa; desechar a toda prisa en lugar de aceptar lo que es o quien es diferente; instintos en lugar de lĂłgica; reflejos en lugar de acciones; impulsos en lugar de conciencia; venta al por mayor en lugar de venta al por menor, y asĂ sucesivamente.
Casi todo en nuestra educaciĂłn y nuestro mundo nos desalienta a pensar. ÂżPiensan los terroristas «leales» antes de cometer horribles masacres en aras de una supuesta defensa de su dios? ÂżPiensan los electores «leales» antes de votar por un lĂder polĂtico corrupto? ÂżPiensan los empleados «leales» antes de vender un artĂculo de comida caduco o un producto defectuoso al pĂșblico ignorante? ÂżPiensan los hijos e hijas (adultos) «leales» antes de perpetuar las enemistades que sus padres comenzaron o de adoptar las tradiciones obsoletas que Ă©stos consideran «sagradas»?
Se cometen tantos delitos diariamente en nombre de la «lealtad», la «devoción» y la...