Con la mediación de un equipo externo
Presentamos el trabajo que llevamos a cabo con diversidad de equipos docentes de todas las etapas educativas, desde infantil hasta la universidad, como consecuencia de su decisión de realizar cambios metodológicos en sus centros, aunque en esta ocasión nos centramos en los cambios metodológicos que llevamos a cabo con equipos de Educación Infantil.
Recogemos tan solo dos ejemplos de Proyectos de Aprendizaje desarrollados por equipos docentes de Educación Infantil que pueden dar idea de los procesos que se siguen en centros educativos de contextos diversos.
Podemos constatar que en todos ellos no solo ha sido posible llevar a la práctica, y sigue siéndolo, este marco metodológico, sino que ha favorecido una mayor satisfacción y un mayor compromiso de los equipos docentes, una mejora en el aprendizaje del alumnado, y un mayor compromiso con el contexto cercano.
La intervención en los Centros para desarrollar procesos de asesoramiento ha partido de la formulación de una necesidad sentida por el profesorado en torno a un cambio metodológico que favoreciera la inclusión de todo el alumnado, un aprendizaje integrado y vinculado con la vida, a través del análisis reflexivo de los equipos de profesores sobre su práctica. A partir de ahí, se plantea entrar en un proceso formativo de cambio desde la metodología de la Investigación-Acción (IA), con la implicación de todo el profesorado que ha realizado, después de dos o tres años, la institucionalización de los Proyectos de Aprendizaje, pasando estos a ser una seña de identidad de los Centros Educativos.
El modo de trabajo que se lleva a cabo se fundamenta:
• En una relación dialógica con el profesorado.
• Partiendo de su práctica de aula.
• Haciendo una relación práctica-teoría-práctica o acción-reflexión-acción, en donde el cambio es realizado por el propio profesorado con la mediación de expertos-mediadores externos.
Como hemos dicho, el modo de llevar a cabo el proceso de cambio se realiza a través de una metodología de Investigación-Acción (Gráfico 7.1), ya que es una forma de emprender la reflexión sobre la propia práctica, haciendo entrar procesos formativos, donde el diálogo con el profesorado es fundamental y donde el propio equipo docente es quien va tomando decisiones, ayudado por los mediadores.
La finalidad de la investigación-acción, según Sandín (2003), no es tanto saber más sobre lo que es enseñar, ni generar conocimiento, sino fundamentalmente encontrar los elementos teórico-prácticos que ayuden al cambio y a la mejora de la práctica.
Por tanto, en este tipo de intervenciones en los Centros, no se parte de charlas formativas o de cursos de formación de profesores al modo clásico, para que luego el profesorado traslade lo aprendido al aula, sino que desde el principio el equipo de profesores sabe que va a tener que poner sobre la mesa su trabajo práctico en el aula, y que este material va a ser objeto de análisis y de nuevos aprendizajes a lo largo de todo el proceso.
Apoyados en este planteamiento, podemos afirmar que es posible trabajar con esta metodología cuando el profesorado encuentra sentido a convertirse en investigador de su propia práctica, ya que tiene en sus manos la capacidad de ejercer una reflexión intencional que le ayuda a la elaboración de procesos sistemáticos, que unen observación y análisis-formación-implementación de nuevas prácticas y que lleva a la mejora de su trabajo como docente.
La Investigación-Acción pone en activo a los profesores, les enseña un camino que nunca acaba, como no acaba la capacidad de mejora de personas e instituciones, y les proporciona unos instrumentos para convertirlos en actores de su propio cambio. Según Latorre (2009: p. 32):
Gráfico 7.1. Proceso de Investigación–Acción.
Fuente: Blanchard y Muzás (2016)
“En síntesis, la investigación-acción es una espiral de ciclos de investigación y de acción, constituidos por las siguientes fases: planificar, actuar, observar y reflexionar”.
O, como subrayan Blanchard y Muzás (2018), la Investigación- Acción es una propuesta metodológica que se ofrece a un centro educativo sobre un aspecto determinado para reflexionar y dialogar sobre la práctica, formarse, plantear una nueva situación como respuesta, llevarla a la práctica y seguir reflexionando. Y, aunque en todos los casos la Investigación-Acción aporta a la investigación unas características propias y singulares, es verdad que los diferentes autores presentan distintos tipos y modalidades, que aportan matices al desarrollo de la Investigación-Acción.
Esto hace que se sepa, desde el principio, que comenzamos un camino que va a llevar tiempo, no tres o cinco días, sino que el profesorado tiene que planificar, con los mediadores, tiempos amplios en los que se tenga en cuenta la vuelta al aula con nuevas estrategias y nuevos instrumentos y, posteriormente la vuelta de nuevo a la reflexión. Cada ciclo de IA se apoya en los pasos dados anteriormente.
El objetivo de estos procesos de Investigación-Acción, mediados por asesores externos, es que el propio profesorado llegue a ser autónomo y a identificarse con este m...