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Para convertir a las chicas en monstruos
Amanda Lovelace
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Para convertir a las chicas en monstruos
Amanda Lovelace
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Ă propos de ce livre
Un libro poderoso y liberador, por la laureada poeta Amanda Lovelace.ÂżCĂłmo sanar cuando llevas la marca de un monstruo?Nadie espera que el amor de su vida un dĂa se convierta en el dragĂłn del cuento. Terminar con una relaciĂłn abusiva no es nada simple. A veces parece imposible lidiar con la culpa y las heridas.El dolor y la vergĂŒenza. El autoengaño. La negaciĂłn.Pero estĂĄ escrito que todo pasa y siempre vuelve a salir el sol.En los versos de Para convertir a las chicas en monstruos se esconde la fuerza para hacerle frente al dolor, para recuperar el valor y animarse a volver amar.
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Informations
Sujet
LittératureSous-sujet
Les femmes dans la poĂ©sieen otoño, el monstruo me desgarrĂł el pecho, me retorciĂł el corazĂłn hasta que se volviĂł una cosa insensible, y lo enterrĂł en alguna parte del bosque cubierto de hojas. no dejĂł ningĂșn indicador, ningĂșn cartel señalara su ubicaciĂłn. cuando le preguntĂ© por quĂ© lo hizo, me dijo que por ahora ya habĂa terminado de usarlo y no querĂa que nadie mĂĄs lo encontrara mientras tanto.
âel final
en primavera, la nieve empezó a derretirse. con una mano aferrada al pecho, caminé a los tropezones por ese sendero lleno de hierba, hice un hoyo en la tierra blanda y volvà a tomar esa cosa inerte con mis manos. me incliné y le susurré:
âpor favor, no te rindas. todavĂa no. aĂșn queda alguien por quien latir: yo.
en medio de esa oscuridad, brotĂł una Ănfima chispa de luz.
âel comienzo
me arrastro
me paro
me tropiezo
para salir
de
tu
guarida
sumida de sombras
y
con
lo poco
que me queda,
abro
los
brazos
bien g r a n d e s
y giro
giro
giro
giro
mientras tanto,
el sol misericordioso
murmura
entre
cada beso
sobre las
cicatrices
de mi espalda,
âquerida, tĂș lo valesâ.
âquerida, tĂș lo valesâ.
âquerida, tĂș lo valesâ.
âquerida, tĂș lo valesâ.
para
mi sorpresa,
nada de eso
arde.
âquerido, yo lo valgo
cuando los ojos se adaptaron a la luz, fue cuando lo vi por primera vez. con una pala en una mano y un corazĂłn manchado de fango en la otra. saludĂ© con un gesto, esbozĂĄndole una sonrisa pequeña y esperanzada. se formĂł una sonrisa cautelosa a cambio. estaba tan desesperada por decirle: âpuedes hacerlo, sabes. puedes volver de lo que sea que te hayan hechoâ, pero yo sabĂa que Ă©l ya lo sabĂa. no necesitaba que yo le dijera nada para confortarlo, asĂ como yo tampoco lo necesitaba de Ă©l. aunque sea algo pequeño, es un alivio saber que no somos los Ășnicos que sentimos que la nieve helada no va a ceder nunca.
âel corazĂłn de sol
âpero mi corazĂłn⊠no sĂ© si ya puede volver a amar âle advierto.
âque tu corazĂłn se tome su tiempo âĂ©l responde, con una seguridad en la voz que jamĂĄs habĂa oĂdoâ. resulta que el mĂo tambiĂ©n necesita descansar. ya que ambos estamos aquĂ, podemos meterlos en una caja bajo llave para que piensen juntos lo que quieren hacer.
âcerrado por reparaciones
nunca quise enamorarme
de Ă©l, asĂ que
como suelo
hacer,
m
e
e
n
a
m
o
r
Ă©
âromĂĄntica y sin remedio
su nombre
yace
dentro de
mi garganta
como
si hubiera
nacido
intentando
decirlo.
âel tipo de inevitable que no me aterra
mi nuevo amor
sabe cuidar un jardĂn.
donde tĂș
me abandonaste
y dejaste que
invadiera la maleza,
Ă©l siempre
me cuida por demĂĄs.
y a que
no adivinas:
se asegurĂł
de trasplantarme
a un lugar
donde pudiera
extenderme hacia
la luz
y finalmente
dejarte atrĂĄs.
âmi nuevo amor llegĂł para arruinarte el dĂa
cuando al fin me sentĂ con el coraje suficiente, te dije:
âya no puedo seguir con esto. si nunca vas a dejarme, entonces ahora te dejo yo. alguien mĂĄs estĂĄ colĂĄndose por las grietas que dejaste, y juro que es lo mĂĄs honesto que he conocido. no estĂĄ tocado por las...