Sentir y pensar
eBook - ePub

Sentir y pensar

Rosario de Acuña

  1. 30 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (adapté aux mobiles)
  4. Disponible sur iOS et Android
eBook - ePub

Sentir y pensar

Rosario de Acuña

DĂ©tails du livre
Aperçu du livre
Table des matiĂšres
Citations

À propos de ce livre

Se trata de una recopilaciĂłn de textos de Rosario de Acuña. ReĂșne la dedicatoria «Sentir y pensar» que la autora redactĂł en 1884 tras la muerte de su padre, al que estaba muy unida, asĂ­ como varios poemas: «DecoraciĂłn», «El autor», «La dama de carĂĄcter», «Entre bastidores» o «Juicio del pĂșblico».-

Foire aux questions

Comment puis-je résilier mon abonnement ?
Il vous suffit de vous rendre dans la section compte dans paramĂštres et de cliquer sur « RĂ©silier l’abonnement ». C’est aussi simple que cela ! Une fois que vous aurez rĂ©siliĂ© votre abonnement, il restera actif pour le reste de la pĂ©riode pour laquelle vous avez payĂ©. DĂ©couvrez-en plus ici.
Puis-je / comment puis-je télécharger des livres ?
Pour le moment, tous nos livres en format ePub adaptĂ©s aux mobiles peuvent ĂȘtre tĂ©lĂ©chargĂ©s via l’application. La plupart de nos PDF sont Ă©galement disponibles en tĂ©lĂ©chargement et les autres seront tĂ©lĂ©chargeables trĂšs prochainement. DĂ©couvrez-en plus ici.
Quelle est la différence entre les formules tarifaires ?
Les deux abonnements vous donnent un accĂšs complet Ă  la bibliothĂšque et Ă  toutes les fonctionnalitĂ©s de Perlego. Les seules diffĂ©rences sont les tarifs ainsi que la pĂ©riode d’abonnement : avec l’abonnement annuel, vous Ă©conomiserez environ 30 % par rapport Ă  12 mois d’abonnement mensuel.
Qu’est-ce que Perlego ?
Nous sommes un service d’abonnement Ă  des ouvrages universitaires en ligne, oĂč vous pouvez accĂ©der Ă  toute une bibliothĂšque pour un prix infĂ©rieur Ă  celui d’un seul livre par mois. Avec plus d’un million de livres sur plus de 1 000 sujets, nous avons ce qu’il vous faut ! DĂ©couvrez-en plus ici.
Prenez-vous en charge la synthÚse vocale ?
Recherchez le symbole Écouter sur votre prochain livre pour voir si vous pouvez l’écouter. L’outil Écouter lit le texte Ă  haute voix pour vous, en surlignant le passage qui est en cours de lecture. Vous pouvez le mettre sur pause, l’accĂ©lĂ©rer ou le ralentir. DĂ©couvrez-en plus ici.
Est-ce que Sentir y pensar est un PDF/ePUB en ligne ?
Oui, vous pouvez accĂ©der Ă  Sentir y pensar par Rosario de Acuña en format PDF et/ou ePUB ainsi qu’à d’autres livres populaires dans Literatura et PoesĂ­a. Nous disposons de plus d’un million d’ouvrages Ă  dĂ©couvrir dans notre catalogue.

Informations

Éditeur
SAGA Egmont
Année
2022
ISBN
9788726687057
Sous-sujet
PoesĂ­a

EN EL CUARTO DEL BARBA

En CĂłrdoba, la ciudad
rica en artes y en recuerdos,
en una estancia pequeña
de un palacio solariego,
que se mira sin escudo,
por mĂĄs que debiĂł tenerlo,
rara estancia que se adorna
con muebles en parte nuevos,
y en parte de medio siglo,
sobre un sillĂłn algo recio
teniendo en frente una imagen
de cera, de corcho o fresno,
que no se ve de lo que es
con el barniz sobrepuesto,
cuya imagen, encerrada
en un fanal verdinegro,
se levanta en una mesa
que estĂĄ algo coja del tiempo,
y que sirve, a mĂĄs de altar,
de estante de libros viejos,
sobre el sillĂłn recostado,
y en la negra sombra envuelto
de una pantalla, inclinada
sobre un quinqué que, de lleno,
ilumina de Fernando
el rostro tostado y serio,
se ve un señor, sin edad
porque la oculta su ceño,
y que, a la sombra mirado,
se parece desde luego
a Fernando, con lo cual
por su padre le tendremos.—
«¿Y te costó convencerla?»
«No mucho, padre, yo creo
que algo hay cierto en lo que dicen.»
«¿Y ahora sales con que es cierto?»
— Dijo el trasunto retrato
de aquel gallardo mancebo.—
«Mucho he sentido tener
que hablarte, Fernando, de ello,
pero hijo, piensa y verĂĄs
que es tu porvenir primero;
aunque sé que desde niño
ese amor viviĂł en tu pecho,
nunca he querido aludir
a que era fuerza romperlo;
ella lista, apasionada,
tĂș niño audaz e inexperto

Era preciso dejarte
al amor, como maestro;
pero llegado a esa edad
en que manda el pensamiento,
fue necesario correr
de las ficciones el velo:
su cabeza no estĂĄ buena,
tĂș mismo, sin yo saberlo,
ya lo venĂ­as pensando;
no digo, ni mucho menos,
que virtud le falte, no,
pero tĂș ya ves, sin seso
no se ve mujer honrada
y, además, medita, bueno

Si fuera acaso marquesa
o millonaria, a lo menos

poniéndola en cura
 vamos

pero ya ves, ni aun en esto
se pueden hallar razones
para enlazaros; yo creo
que pienso muy bien y soy
para ti, cual debo serlo.»
—Aquesto su padre dijo,
y el hijo siguió diciendo:—
«Lo que dices es verdad,
pero ÂĄcuĂĄndo tanto tiempo
se quiso!... ÂĄen fin!... sobre todo
que ya no tiene remedio;
esta mañana le hablé
como me dijiste, y creo
que, si ahora sentimos ambos
la separaciĂłn, el tiempo,
que siempre se lleva todo,
se llevarĂĄ el sentimiento,
y mucho mĂĄs cuando miro,
aunque la razĂłn no acierto,
que, esa MarĂ­a levanta
a extraña región su vuelo.»
—Tosió aquí el padre sin duda
por querer hablar muy presto.—
«¿Qué mujer has visto, di,
con tan pocos miramientos,
que acuda siempre a las citas
que le das, pues yo comprendo
que, antes de mirarte novio,
te mira cual hombre, y creo
que, si contigo hizo asĂ­,
con otro hiciera lo mesmo?...
Con que, hablemos de otra cosa;
¿cómo siguen los terneros?»
«Tan gordos, padre.» —«¿Y las yeguas?»
«Mudando todas el pelo.»
«Tengo que ir a verlas: dime
y ¿encontrose el burro negro?»
«Así que dejé a María
busqué a Martín el cabrero,
y con él estaba el burro.»
«Buena noticia, me alegro»
—En esta forma y manera
hablaron por largo tiempo
hasta que un reloj, de cuco,
de tanto andar descompuesto,
se puso a contar las once
y se parĂł sin hacerlo;
abriose la puerta a poco,
y, con sendo candelero
de reluciente metal,
entro una dama de tiempo:—
«Que ya estĂĄ la cena,» —dijo—
«Madre, esta noche no ceno.»
«Yo sĂ­, mujer,» —replicĂł
el padre. — «que ganas tengo
de probar la miel de caña
que ayer se compró al manchego.»
—La mujer dejó la luz
sobre la mesa; salieron,
primero el padre, después
el hijo. —«Madre, Âżte espero?»
—Le dijo en la puerta. —«No;
no me esperes, que me quedo
a encender la lamparilla
a Santa Rita; voy presto»
—(Santa Rita era sin duda
la del fanal verdinegro).
Esto sucediĂł en la noche
en que el abismo tremendo
en sus antros recibiĂł
aquel acabado cuerpo,
donde el alma de MarĂ­a
hallĂł en el...

Table des matiĂšres