eBook - ePub
Las Confesiones
AgustĂn santo obispo de Hipona
This is a test
- 488 pages
- Spanish
- ePUB (adapté aux mobiles)
- Disponible sur iOS et Android
eBook - ePub
Las Confesiones
AgustĂn santo obispo de Hipona
DĂ©tails du livre
Aperçu du livre
Table des matiĂšres
Citations
Ă propos de ce livre
Esta obra recoge Las Confesiones de san AgustĂn, consideradas por lectores y estudiosos como uno de los clĂĄsicos mĂĄs importantes de la espiritualidad occidental desde su publicaciĂłn hasta nuestros dĂas. En ellas han visto un exponente autorizado, fidedigno, del modo como los cristianos de cultura principalmente mediterrĂĄnea y, luego, centroeuropea han entendido y llevado a la prĂĄctica la repercusiĂłn de su credo en la vida. Las Confesiones, en concreto tres, constituyen un diĂĄlogo con Dios, cu ya misericordia, providencia y esplendidez reconoce, confiesa y alaba AgustĂn. Son tambiĂ©n un testimonio simultĂĄneamente personal, apostĂłlico y doctrinal dirigido a los fieles de la Iglesia catĂłlica.
Foire aux questions
Comment puis-je résilier mon abonnement ?
Il vous suffit de vous rendre dans la section compte dans paramĂštres et de cliquer sur « RĂ©silier lâabonnement ». Câest aussi simple que cela ! Une fois que vous aurez rĂ©siliĂ© votre abonnement, il restera actif pour le reste de la pĂ©riode pour laquelle vous avez payĂ©. DĂ©couvrez-en plus ici.
Puis-je / comment puis-je télécharger des livres ?
Pour le moment, tous nos livres en format ePub adaptĂ©s aux mobiles peuvent ĂȘtre tĂ©lĂ©chargĂ©s via lâapplication. La plupart de nos PDF sont Ă©galement disponibles en tĂ©lĂ©chargement et les autres seront tĂ©lĂ©chargeables trĂšs prochainement. DĂ©couvrez-en plus ici.
Quelle est la différence entre les formules tarifaires ?
Les deux abonnements vous donnent un accĂšs complet Ă la bibliothĂšque et Ă toutes les fonctionnalitĂ©s de Perlego. Les seules diffĂ©rences sont les tarifs ainsi que la pĂ©riode dâabonnement : avec lâabonnement annuel, vous Ă©conomiserez environ 30 % par rapport Ă 12 mois dâabonnement mensuel.
Quâest-ce que Perlego ?
Nous sommes un service dâabonnement Ă des ouvrages universitaires en ligne, oĂč vous pouvez accĂ©der Ă toute une bibliothĂšque pour un prix infĂ©rieur Ă celui dâun seul livre par mois. Avec plus dâun million de livres sur plus de 1 000 sujets, nous avons ce quâil vous faut ! DĂ©couvrez-en plus ici.
Prenez-vous en charge la synthÚse vocale ?
Recherchez le symbole Ăcouter sur votre prochain livre pour voir si vous pouvez lâĂ©couter. Lâoutil Ăcouter lit le texte Ă haute voix pour vous, en surlignant le passage qui est en cours de lecture. Vous pouvez le mettre sur pause, lâaccĂ©lĂ©rer ou le ralentir. DĂ©couvrez-en plus ici.
Est-ce que Las Confesiones est un PDF/ePUB en ligne ?
Oui, vous pouvez accĂ©der Ă Las Confesiones par AgustĂn santo obispo de Hipona en format PDF et/ou ePUB ainsi quâĂ dâautres livres populaires dans TeologĂa y religiĂłn et BiografĂas religiosas. Nous disposons de plus dâun million dâouvrages Ă dĂ©couvrir dans notre catalogue.
Informations
LIBRO X
CapĂtulo 1
[1] ÂĄOh Dios que todo lo sabes! Haz que yo te conozca como tĂș me conoces a mĂ. ÂĄOh fuerza de mi alma! Penetra en ella y adĂĄptala a ti para que la poseas sin mancha ni arruga.
Esta es mi esperanza y por eso hablo; en ella me gozo cuando mi gozo es sano. Las demĂĄs cosas de esta vida son tanto menos dignas de ser lloradas cuanto mĂĄs se las suele llorar, y tanto mĂĄs dignas de llorarse cuanto menos se llora por ellas.
Mas he aquĂ que amaste la verdad (Sal 50,8), y quien obra segĂșn ella viene a la luz. Yo quiero obrarla en mi corazĂłn y en tu presencia con una confesiĂłn muy Ăntima, pero quiero tambiĂ©n hacerla por escrito delante de muchos testigos.
CapĂtulo 2
[2] ÂżQuĂ© podrĂa yo tener que te fuera oculto, Señor, a ti ante cuya mirada estĂĄn desnudos y patentes los abismos de la conciencia humana? Aunque yo no quisiera confesarlo tĂș lo sabrĂas. Si pensara en esconderme de ti, tĂș quedarĂas oculto para mĂ, pero no yo para ti. Pero ahora, cuando mis gemidos dan testimonio de lo desagradable que soy para mĂ mismo, tĂș resplandeces y me agradas y yo te amo y te deseo. Me avergĂŒenzo de mĂ mismo y me rechazo para escogerte a ti y no agradar ni a ti ni a mĂ sino por ti.
En tu presencia pues, Señor, me manifiesto tal y como soy; y los frutos de esta confesiĂłn ya los he dicho. Porque esta confesiĂłn no la hago con las voces y las palabras de la carne sino con las voces del alma y los clamores del pensamiento que tu oĂdo percibe. Cuando soy malo, mi confesiĂłn ante ti consiste en el desagrado que a mĂ mismo me causo, y cuando soy bueno, mi confesiĂłn estĂĄ en no atribuirme a mĂ mismo la piedad; porque tĂș, Señor, bendices al justo, pero sĂłlo despuĂ©s de haberlo justificado del pecado que tenĂa.
Entonces, Señor, la confesión que hago en tu presencia es al mismo tiempo silenciosa y no silenciosa, pues mientras cesa el sonido clama el corazón. Nada de bueno les digo a los hombres que no me hayas dicho antes.
CapĂtulo 3
[3] ÂżQuĂ© me importan los hombres y quĂ© interĂ©s puedo tener en que oigan mis confesiones como si fueran ellos los que me pueden sanar? Porque la gente suele ser curiosa por conocer las vidas ajenas y desidiosa para corregir la suya propia. ÂżPara quĂ© quieren que les diga quiĂ©n soy los que no quieren oĂr de ti quiĂ©nes son ellos? Y, ÂżcĂłmo sabrĂĄn que digo la verdad cuando hablo de mĂ mismo, si nadie sabe lo que pasa en el hombre sino el espĂritu del hombre que en Ă©l estĂĄ? (1Cor 2,11). En cambio, si de tus labios oyen quiĂ©nes son, no podrĂĄn decir que mientes. Ahora bien: el conocimiento de sĂ mismo viene de tu voz, que le dice al hombre quiĂ©n es. Y nadie puede sin mentira conocerse y decir que es falso lo que de sĂ conociĂł.
Pero como la caridad todo lo cree (1Cor 13,7), cuando menos en aquellos que por ella se sienten ligados, yo tambiĂ©n me confieso a ti de modo que me oigan los hombres a quienes no puedo demostrar que mi confesiĂłn es verdadera. Me creerĂĄn cuando menos los que tengan abiertos a mĂ los oĂdos por la caridad.
[4] Con todo, Señor mĂo y mĂ©dico de mis intimidades, hazme ver claro cuĂĄl puede ser el fruto de este empeño mĂo. Pues el relato de estos pretĂ©ritos pecados mĂos que tĂș ya perdonaste cambiando mi alma por la fe y con tu sacramento y haciĂ©ndola feliz en ti, si llega a ser conocido excitarĂĄ los corazones para que no sigan dormidos en la desesperaciĂłn diciendo: «¥No puedo!», sino que se despierte en ellos el amor por tu misericordia y la dulzura de tu gracia; ella fortalece a los dĂ©biles haciendo que tomen conciencia de su propia debilidad.
Por otra parte, las almas buenas se deleitan oyendo hablar de los pecados que otros ya dominaron, y lo que les gusta en ellos no son los males que hubo, sino los males que ya no hay.
Dime pues, Señor mĂo, a quien diariamente se confiesa mi conciencia, mĂĄs segura en la esperanza de tu misericordia que de su propia inocencia, dime pues quĂ© utilidad van a sacar de mis confesiones los que lean este libro cuando vean que digo no solamente lo que fui sino tambiĂ©n lo que soy ahora que las escribo. La utilidad de confesar lo que fui ya la he comprendido y ya la he dicho.
Pero muchos que me conocieron o que no me conocen pero algo han oĂdo decir acerca de mĂ quieren saber cĂłmo soy ahora. No pueden aplicar su oĂdo a mi corazĂłn, en cuya mĂĄs honda intimidad soy lo que soy, por eso quieren que yo confiese quiĂ©n soy por dentro, donde ni el ojo ni el oĂdo ni la mente pueden penetrar. EstĂĄn dispuestos a creerme lo que les digo; pero, ÂżpodrĂĄn entenderlo? La caridad que tienen y que los hace buenos les dice que no les miento, y es su caridad la que me cree en ellos.
CapĂtulo 4
[5] Pero, ÂżquĂ© provecho piensan sacar de esta pretensiĂłn? Acaso piensan en felicitarme porque con tu gracia me he acercado a ti; o quizĂĄs te rogarĂĄn que me socorras viendo cĂłmo me retarda todavĂa mi propio peso. En cualquier caso, todo lo voy a decir, porque no serĂĄ poco el fruto si muchos te bendicen por lo que has hecho conmigo, o que muchos te rueguen por mĂ. Que mis hermanos amen en mĂ lo que nos mandas amar y que se duelan por mĂ en lo que tĂș nos dices que nos debe doler. Haga esto el espĂritu de fraternidad, no el de extranjerĂa; no los hijos de los extraños cuya boca habla vanidades y cuya diestra es mano de iniquidad (Sal 143,8). HĂĄgalo aquel espĂritu verdaderamente fraterno que cuando aprueba algo en mĂ se goza conmigo y cuando algo me tiene que reprobar se duele conmigo, y esto porque en la aprobaciĂłn y en la desaprobaciĂłn me mira con amor.
Es a esta clase de hermanos a quienes me voy a abrir, para que respiren por mis bienes y suspiren de mis males. Lo que tengo de bueno tuyo es, tĂș me lo diste y en mĂ lo depositaste; lo que tengo de malo es todo mĂo, es mi culpa y los castigos de tu justicia. Respiren pues de lo uno y suspiren por lo otro. Y que en tu presencia se levanten como incienso los himnos y los suspiros desde el incensario que son los corazones de mis hermanos.
Y tĂș, Señor, deleitĂĄndote en la fragancia de tu templo santo, apiĂĄdate de mĂ segĂșn tu misericordia (Sal 50,3) por el honor de tu nombre, y sin abandonar lo que en mĂ tienes comenzado lleva a consumaciĂłn lo que aĂșn tengo de imperfecto.
[6] Este serĂĄ el fruto de mis Confesiones. Mostrar no ya lo que fui sino lo que ya soy. Conviene que todo esto lo confiese no sĂłlo en tu presencia con una secreta exultaciĂłn mezclada de un temor y una esperanza igualmente secreta, sino tambiĂ©n ante los hijos de los hombres que participan conmigo en la misma fe y son mis amigos tanto en la alegrĂa como en la mortalidad; conciudadanos mĂos que peregrinan conmigo, unos antes que yo y otros despuĂ©s, pero todos ellos compañeros mĂos de camino en mi viaje terrenal. Estos son tus siervos, hermanos mĂos a quienes tĂș quisiste hacer hijos tuyos y señores mĂos y a quienes me has mandado servir si es que quiero vivir contigo y de ti.
Pero no serĂa suficiente si tu Verbo me lo mandara de palabra sin precederme con el ejemplo. Y lo mandado lo hago yo con palabras y acciones bajo la sombra de tus alas; pero el peligro serĂa grande si mi alma no estuviera bajo tus alas y sujeta a ti, que tan bien conoces mi flaqueza.
Soy un pequeñuelo, pero tengo un Padre siempre vivo y un tutor cabalmente digno de confianza: tĂș mismo, que me engendraste y me defiendes. TĂș, mi Dios omnipotente, eres todo mi bien; tĂș, que estĂĄs conmigo desde antes de que yo estuviera contigo.
A esos hermanos mĂos a quienes me mandas servir voy a declararles no ya lo que fui, sino lo que ya he llegado a ser y aĂșn soy. Pero no quiero juzgarme a mĂ mismo. Sea, pues, escuchado asĂ.
CapĂtulo 5
[7] El que me juzga, Señor, eres tĂș; pues aun cuando nadie sabe lo que hay en el hombre sino el espĂritu del hombre que en Ă©l estĂĄ (1Cor 2,11), algo hay siempre en el hombre que ni su propio espĂritu conoce; pero tĂș lo creaste y por eso sabes todo lo que hay en Ă©l. Y yo, que en tu presencia me desprecio y me tengo como polvo y ceniza, sĂ© de ti algo que no sĂ© de mĂ mismo. Ciertamente ahora no te vemos cara a cara, sino como en un espejo y a travĂ©s de un enigma (1Cor 13,12), y por eso mientras sea peregrino en este mundo estarĂ© siempre mĂĄs cerca de mĂ que de ti. Con todo, sĂ© muy bien que eres absolutamente inviolable, mientras que yo de mĂ mismo no...
Table des matiĂšres
Normes de citation pour Las Confesiones
APA 6 Citation
Hipona, A. santo obispo. (2012). Las Confesiones (1st ed.). Editorial San Pablo. Retrieved from https://www.perlego.com/book/3257837/las-confesiones-pdf (Original work published 2012)
Chicago Citation
Hipona, AgustĂn santo obispo. (2012) 2012. Las Confesiones. 1st ed. Editorial San Pablo. https://www.perlego.com/book/3257837/las-confesiones-pdf.
Harvard Citation
Hipona, A. santo obispo (2012) Las Confesiones. 1st edn. Editorial San Pablo. Available at: https://www.perlego.com/book/3257837/las-confesiones-pdf (Accessed: 15 October 2022).
MLA 7 Citation
Hipona, AgustĂn santo obispo. Las Confesiones. 1st ed. Editorial San Pablo, 2012. Web. 15 Oct. 2022.